Norma Ruiz cumple hoy (9 de junio) 34 años, y tiene muchos motivos para celebrar. El primero, que desde el ‘pelotazo’ de Yo soy Bea sigue encadenando una serie tras otra: ahora podemos verla en El hombre de tu vida, donde todo apunta a que Silvia, su personaje, se convertirá en la mujer de la vida del protagonista, Hugo (José Mota). Lo segundo, y quizá más importante, es que atraviesa un momento personal muy dulce.
¿Cómo es trabajar con José Mota?
Muy divertido desde el principio. Hicimos una prueba juntos, nos reímos un montón y tuvimos mucha química. Los dos somos actores muy creativos, nos gusta mucho improvisar. ¡Y tiene una obsesión por ensayar! Con él siempre creas cosas nuevas, nunca sabes lo que te va a ocurrir y así hace que la comedia esté viva.
¿Eres la mujer de su vida en la serie?
Sí, soy de la que se enamora de verdad. Por eso no quiero saber de nada de todas esas mujeres que hay alrededor. Ella tiene una dualidad que puede ser muy cómica: por un lado es súper seria, hierática, y luego resulta que, de puertas para adentro, es divertida, cariñosa, una soñadora romántica.
¿Qué tal esas escenas madre-hija con Verónica Forqué?
Muy especiales, porque para mí es un referente en la comedia de toda la vida, le sale por todos los poros de su piel. He tenido madres maravillosas en la ficción, pero esto es un regalo. Me ha dado muy buenos consejos, como persona también es increíble.
¿Tú buscarías pareja a través de agencias de contactos o Internet?
No, yo soy muy antigua. No me gusta. De hecho a mí me ha costado mucho el tema de los móviles y de las redes sociales, aunque no me ha quedado más remedio. Pero soy muy tradicional. Me gusta conocer a la persona y que me cortejen.
¿Y cómo tiene que ser el hombre de tu vida?
Con mucho sentido del humor, porque es la chispa de la vida. Y que sea honesto y esté enamorado de mí hasta las trancas.
¿Y es difícil encontrar a alguien así con el método tradicional?
Yo ahora me encuentro en un momento muy bueno. A lo largo de mi vida he pasado por distintas relaciones y es difícil encontrar a un hombre que te complemente y con el que caminar de la mano. La vida es una montaña rusa y esta profesión, también. Creo que ahora estoy en un buen momento y que lo he encontrado.
¿Eres de las que quieres mucho o te dejas querer?
Me dejo querer (risas). No, las relacionas pasan por etapas en las que uno tira más y el otro se deja. Al final todo se basa en el respeto y la comunicación. Cada uno tiene que tener su sitio y una independencia sana. Siempre digo que es como un plantita que hay que cuidar todos los días. Soy más de dejarme querer, pero también me veo muy entregada. Tienen que entender mi profesión, que es muy complicada.
¿Encadenar una serie tras otra te sube el ego?
Es verdad que hubo un antes y un después en mi carrera con Yo soy Bea, que fue un pelotazo muy grande. Pero vengo del mundo de la danza, que te imprime mucha disciplina, así que soy de no conformarme nunca. Además, mi familia no me regala los oídos y mis amigos son de toda la vida, y eso ayuda. El problema es que tu entorno cambie, porque son tus referentes y tus pilares. En ese sentido he tenido mucha suerte y casi que con los años me he ido relajando.
¿Qué siempre te recuerden Yo soy Bea es como un lastre?
Nunca. Que todo el mundo te recuerdo por algo es maravilloso. Han pasado casi 10 años y casi no hay día en que alguien me lo recuerde. Todos los actores tienen un trabajo emblemático. La gente a veces se enamora de ti y te recuerda esa etapa. A mí me ha venido gente diciendo que le he curado la depresión: hacer reír es el mayor regalo que puedes dar. Si no hubiera hecho nada después sí hubiera sido un lastre, pero he hecho muchas cosas. Y todo eso se lo debo a ese personaje.
¿Qué proyectos tienes ahora?
Tengo un proyecto de teatro muy bonito, que se llama Perfiles ocultos, para septiembre, y con Macarena Gómez. Es un thriller con una parte de danza, nunca había hecho nada parecido.
