Megan Montaner: “Mi novio examina mis escenas de cama para ver si hago los mismos movimientos con él”
Aunque se ha ganado el reconocimiento del público gracias a sus papeles dramáticos, Megan es pura naturalidad y diversión. Lo demuestra en esta entrevista en la que también nos habla de sus proyectos televisivos: “Tengo tanto en España como en Italia”.
Nada hacía presagiar que esta oscense (29 años) que estudió para maquilladora, llegaría tan lejos cuando aterrizó en Madrid a la tierna edad de 18 años. Tras el boom de El secreto de Puente Viejo, Megan Montaner se ha confirmado como una actriz imprescindible gracias a sus variados y potentes papeles en Sin identidad, Gran Hotel, Víctor Ros –la veremos despedirse en el primer capítulo de la segunda temporada– y La embajada. También estaba confirmada para La catedral del mar, pero el cambio de fechas de la serie hizo que coincidiera con la película Señor, dame paciencia. En el rodaje de esta comedia del director Álvaro Díaz Lorenzo hablamos con ella de su momento dulce tanto en lo profesional como en lo personal.
Tus papeles suelen tener una fuerte carga dramática. ¿En esta película también haces de sufridora?
Por casualidades de la vida, los personajes que me han tocado, exceptuando a Maite, en Gran Hotel, han tenido que vivir experiencias muy fuertes. Yo me siento bien haciéndolos. Me gusta el drama. Pero en esta película hago todo lo contrario. Mi papel es el de Sandra, la hija mayor de Gregorio, que ocupa el lugar de la madre cuando ésta fallece. Soy la que lleva las riendas de la familia, la que une a todos, la que reprocha pero también ayuda… Todo en tono de comedia.
¿Faltan heroínas femeninas en la pantalla?
Es cierto que la mayoría de películas y series giran en torno a un protagonista masculino y las mujeres hacen el papel de 'chica de' o 'amiga de'. Pero a día de hoy eso está cambiando y poco a poco tenemos más oportunidades para brillar. Por suerte, a mí me han tocado dos proyectos protagonistas de mujeres con una personalidad muy fuerte… Pero es cierto que entre los 40-45 años hay menos oportunidades.
En la segunda parte de Víctor Ros solo apareces en un capítulo… ¿Qué le pasa a Lola, La Valenciana?
El final no te lo puedo contar, porque para lo poco que hago en la segunda temporada de la serie… Es un papel chiquitito en el que cierra la trama que se abrió en la primera temporada.
Al final te has quedado fuera La catedral del mar, la serie en la que tanto se te había anunciado.
Desgraciadamente no puedo. Siempre pasa lo mismo, que las ofertas te llegan todas al mismo tiempo. Me llamaron de La catedral del mar cuando estaba trabajando en Sin identidad y desde entonces ha pasado mucho tiempo. Ahora se ha concretado y ha coincidido con el rodaje de Señor, dame paciencia y no puedo dividirme. Tengo nuevos proyectos de televisión, tanto en España como en Italia, pero todavía no puedo hablar de ellos.
¿Qué tal por Italia? Allí te han visto en El secreto de Puente Viejo, Sin identidad y la serie Task Force 45…
En esa serie he hecho de afgana… ¡Y en italiano! Ha sido una experiencia genial porque he aprendido el idioma, aunque al principio lo hablaba fonéticamente. Ellos pretendían doblarme, pero… ¡de Huesca tenía que ser!
Como buena aragonesa, han llegado a decir de ti que eres una versión moderna, sofisticada, desenfadada y atractiva de Agustina de Aragón. ¿Tú qué dices?
Si tuviera que decir algo en lo que nos parecemos, sería en ese espíritu guerrero, en luchar por las cosas que queremos y ser fieles a nosotras mismas. Pero también tengo una fuerte vis cómica. Soy bastante payasa.
Antes de actriz trabajaste como maquilladora. ¿Cuándo empezaste a plantearte ponerte delante de la cámara?
De pequeña quería ser egiptóloga y después de eso pasé por otra decena de vocaciones. No me planteé ser actriz hasta los 20 años, cuando trabajaba de maquilladora en una televisión local de Huesca, donde nací. Lo de ser actriz fue algo que no me planteé de pequeña, pero me gustaba ese mundo y un amigo me propuso ir a Madrid a estudiar en la escuela de Cristina Rota cuando tenía 20 años. Probé y me encantó.
¿Sigues siendo muy deportista?
Es una forma de vida. En Madrid me paso todo el día en bici y de vez en cuando salgo a correr. Últimamente le estoy dando mucho al boxeo y me gustaría llegar a ponerme en combate. No me voy a convertir en Rocky ni mucho menos, pero me encanta tener contacto con mi compañero; es más divertido que darle solo a un sparring. Cuando voy a Huesca a ver a mi familia, también subo a patear el monte. Y me encanta bailar. Cuando salgo por la noche, pongo el piloto automático y bailo sin parar.
¿Sigues tan apegada a tu madre?
Mi madre lo es todo. Es sangre de mi sangre, la que me ha enseñado qué es la vida y los valores. Uno de los principales es mi familia. Mi madre está contenta y feliz de todo lo que me está pasando. Está pendiente de mí, de que esté tranquila; de que mi vida tenga valores y que no sea un cachondeo. Tanto mi madre, como mi padre, que es un grande, mi hermano… Mi familia está muy pendiente de mí y, al final, es lo que siempre va a estar ahí.
¿Les ves a menudo?
Hace poquito han estado en Madrid. Tenía muchas ganas de mimos. Ya sentía que les necesitaba.
¿Has estado en las fiestas de Huesca, en San Lorenzo?
¡Sí! Llevaba nueve años sin aparecer para el “chupinazo” y este año he estado toda la semana de fiestas. Ha sido un despropósito. Se me nota la edad y que estoy desentrenada…(risas). Los de Huesca son guerreros.
Tu novio, Gorka Ortuzar, biólogo marino, también es un aficionado a la montaña. ¿Cómo os conocisteis?
En Formigal, yo iba de despedida de soltera con unas amigas. Él trabaja en Barrabés, una tienda especializada en deportes de montaña y aire libre, en Madrid. Mi novio me da estabilidad, tranquilidad, felicidad… Me va estupendamente. Estoy enamoradísima. A veces los amigos le preguntan cómo es vivir con una famosa, pero siempre contesta que no se entera. Llevamos una vida tan normal, somos tan aburridos, que ningún fotógrafo nos persigue.
¿Es capaz de ver tus escenas de sexo en las series sin molestarse?
¡Qué va! Él se ríe incluso. Me examina a ver si ese movimiento lo hago con él o no (risas). Me respeta muchísimo y no tiene ningún problema.
¿Dónde has estado de vacaciones?
Me escapé a Santorini, una isla preciosa. Aunque no tengo buen recuerdo del vuelo porque casi tuvimos que hacer un aterrizaje de emergencia en el mar.
Has trabajado con Intermon Oxfam, en el calendario solidario Huesca Down… ¿Sigues en alguna ONG?
Intento colaborar cada vez que puedo. No cuesta nada ayudar en una buena causa.
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