Poco tiene que ver Francesc Garrido con el abogado amnésico que interpreta en Sé quién eres, cuyo desenlace se conocerá en Telecinco en aproximadamente un mes. Amante de la tranquilidad y apasionado de su trabajo, el actor, a quien hemos visto en Isabel, Los hombres de Paco o El tiempo entre costuras, nos cuenta cómo ha sido trabajar con Blanca Portillo, cuáles son sus próximos proyectos o qué hace en su tiempo libre.
¿Sabes que en las redes sociales las quinielas sobre el culpable de Sé quién eres apuntan a una mujer?
No lo sabía porque no tengo ni sigo redes sociales, pero imagino que siempre salen mujeres porque este país es muy machista.
¿Ha sido difícil interpretar a un personaje tan ambiguo?
Durante muchos capítulos no sabía cuál era la trama ni el desenlace, pero me ha parecido muy excitante esta forma de dirigir que tiene Pau Freixas.
¿Qué tal ha sido trabajar con Blanca Portillo?
Es una actriz única y una persona incréible: trabajadora y generosa. El primer día de grabación estaba feliz porque tenía claro que quería estar con esta ‘tipa’.
La serie se va a ver en Reino Unido a través de la BBC. ¿Cómo lo vives?
Esta profesión es tan rara que nunca se sabe si saldrá algo fuera de España o no. A mí me encantaría porque, después de estudiar en el Institut del Teatre de Barcelona, estuve tres años estudiando en la London Academy.
Tu próximo proyecto es la miniserie Vida privada, con Pablo Derqui y Pedro Casablanc. ¿Qué nos puedes adelantar?
Empezaré a grabarla en unos meses, Está basada en la obra de Josep María Segarra y habla de una familia burguesa catalana en los años 30.
Además, tienes pendiente de estreno las películas Barcelona 1714 y Occidente…
Sí. La primera, dirigida por Anna Bofarull, habla del sitio de Barcelona por las tropas borbónicas de Felipe V y está rodada en 3D. La segunda es la película más chula que me ha tocado en la vida. Es un thriller rodado en El Bierzo (León) y que trata sobre la decadencia de occidente en un futuro cercano.
Vives en Gelida, un pueblo de la provincia de Barcelona. ¿Te gusta más que la gran ciudad?
Mucho más. El pueblo libera de la presión de los estrenos. Te tomas un cafelito en el bar, te relajas…
Y tienes una hija de 14 años. ¿Qué tal padre eres?
Mimoso y consentidor (risas).
¿Compartís la pasión por la interpretación?
A ella le gusta ver teatro, pero prefiere el ballet, que lo practica desde muy pequeña.
¿Qué haces cuando no trabajas?
Me gusta cocinar y lo hago bien, porque hace años trabajé los fines de semana con un tío mío en un restaurante en Barcelona.
¿Ves alguna serie?
No. Soy mal espectador de televisión. Solo veo lo que me interesa y por internet. Pero eso de engancharme a algo me parece parte de la globalización así que prefiero el cine porque las películas tienen un principio y un final.
¿De dónde viene tu vocación de actor?
Mi padre, que murió cuando yo tenia diez años, me llevaba todos los domingos a la sesión doble de cine del barrio de Barcelona donde vivíamos. Me impactó especialmente La hija de Ryan, con Robert Mitchum. El cine era mi refugio y es el recuerdo más bestia que tengo de mi infancia.
DE UN SORBO
¿Eres cafetero? Antes muchísimo pero, desde hace un año, ya no. Desayuno fruta, pan con tomate y embutido, frutos secos y una infusión.
¿Te levantas de buen café? Sí, me encanta despertarme.
¿Qué haces antes de dormir? Antes solía hacer un repaso de lo que quería hacer los próximos días pero, últimamente, me quedo frito.
¿A quién invitarías? A la escritora danesa Isak Dinesen, me gustan mucho sus cuentos. ¿Sabías que Orson Welles fue un gran admirador suyo?
¿Y a quién no le darías ni agua? A los que son muy de derechas que, generalmente, son muy intolerantes.
Si el café te diera súper poderes… ¿La libertad íntima es un súper poder?
Recomiéndame un libro para un buen café. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak.
Un deseo para esta primavera… Justicia e igualdad, que son los pilares de la sociedad democrática.
