Y nuestro Papá Noel es… ¡Jacob Petrus!

Cuando recibió nuestra  propuesta, no dudó ni un instante. “¿Cómo iba a negarme?”, dijo Jacob Petrus, feliz de ejercer de Papá Noel en unas Navidades que augura muy blancas: “Esta vez vamos servidos de frío. Está garantizado”.  

¿Cómodo con el disfraz?
Sí, me encanta disfrazarme 
y este traje da muy buen rollo.

¿Te gusta el personaje?
Es maravilloso, evoca la infancia. En Navidad siempre tienes recuerdos de pequeño y más cuando eres padre [tiene dos hijos, Enric, de 5 años, y Alejandro, de uno]. 

Un regalo que no has olvidado…
¡Mi primera bici! Debía tener unos 6 años. Y cada vez que salgo de ruta a la montaña vuelvo a ser niño. 

¿Una tradición?
Son fiestas para estar en familia, para que los niños se vean recogidos. ¡Y no nos perdemos Telepasión! 

¿Toda la conversación en la mesa gira en torno al tiempo?
Eso me ocurre todo el año, 
¡el ataque es constante! (risas). Y ahora ya no solo piden un pronóstico: comentan el cambio climático, la sequía… 
Si no se quiere hablar de política, ¡nada como poner un hombre del tiempo en la mesa! 

¿Y das consejos?
No me gusta para nada ser el centro y menos provocar un debate. Solo intento explicar lo que pasa y corregir razonamientos equivocados. Me sale el espíritu de divulgación.

¿Qué podríamos regalar para ayudar?
Por ejemplo, un miniiglú para reciclar vidrio, cuyos beneficios irán destinados a Fundación Aladina. 

¿Qué fenómeno meteorológico te define mejor?
Soy como una nube de evolución, que parece de algodón y de repente descarga tormenta. Los que me han visto enfadado no se olvidan.

¿Tienes los pies en la tierra?
Siempre, y no me permito ni levantar tres centímetros del suelo. Aquí la Tierra está viviendo un momento muy dulce, pero un día se acabará.  

¿Faltan programas de este tipo?
Sí. No solo hay que emitir documentales o abroncar al público por su falta de compromiso. Se tratan desgracias y no aspectos positivos. 

Si no hablaras de climatología, ¿a qué te habrías dedicado?
Me gustan los animales y me habría encantado ser adiestrador de perros. De verdad.

¿Qué le pides al 2018?
2017 ha sido casi perfecto. Empecé siendo padre y aprendiendo a formar una familia, y el programa se ha consagrado.  Hace 15 años mi sueño era ser hombre del tiempo y esto sobrepasa mis expectativas. ¿Qué más voy a pedir?