Incansable trabajadora, empresaria y madre, Eva Marciel vuelve a estar de actualidad después de que Isabel Pantoja haya vetado la reemisión de Mi gitana, la miniserie de Telecinco en la que la actriz la interpretaba. Sin dar demasiada importancia a las polémicas, Eva está centrada en Dos días, la función que representa en el Teatro Lara de Madrid, y en Centro médico, la serie de La 1 en la que interpreta a la dermatóloga Mónica Fuentes.
¿Cómo ves a Isabel después de su paso por prisión?
Le tengo mucho cariño y le deseo el bien. Cuando hice su personaje me enamoré. Siempre ha estado en el punto de mira, presionada por la prensa. Y por eso la eligieron como escarmiento contra la corrupción, pero se merece un poco de relajación. Lo que ella quiere ahora es estar tranquila, hacer sus conciertos y disfrutar de su familia.
¿Seguías su trayectoria antes de protagonizar Mi gitana?
Siempre la he escuchado porque mi madre ha sido y sigue siendo fan suya. Conocía sus canciones desde epqueña y las cantaba en playback. Las de ella y las de Rocío Jurado, Rocío Dúrcal, Dyango, Raphael…
Además te vemos en Centro médico interpretando a una dermatóloga. ¿Eres ya experta en problemas de piel?
Pues la serie está basada en casos reales muy documentados y da la casualidad de que tengo un dermatólogo que es casi como mi médico de cabecera. Durante mi embarazo me salieron manchas hormonales y, desde enotnces, voy una vez al mes a revisión. Además, uno de mis hijos tiene piel atópica.
Ahora que mencionas a tus hijos… ¡También son actores!
Sí, un poco por accidente (risas). Hugo debutó conmigo en Mi gitana porque el niño que tenía que rodar se puso malito. Luego fue el protagonista de Las ovejas no pierden el tren y ahora graba la serie El accidente, donde encarna al hijo de Inma Cuesta y Quim Gutiérrez. Y los dos participaron en La catedral del mar.
Tú también empezaste joven a actuar, ¿verdad?
Machaqué tanto a mi madre para hacer obras en el colegio… Con 12 años tenía claro que quería ser actriz y la convencí para que me dejara.
Pero también estudiaste…
Sí, fue duro porque los fines de semana me dedicaba a la carrera de Comunicación Audiovisual. Y, entre semana, grababa por las mañanas, iba a la facultad por las tardes y estudiaba los guiones por las noches.
Y llegó El Súper, que fue tu prueba de fuego en la televisión.
Era joven, tenía muchas ganas y aprendí mucho de mis compañeros y del ritmo de una serie diaria.
Además estás en el Teatro Lara con la función Dos días, sobre una pareja que se da una segunda oportunidad. ¿Crees en ellas?
Por supuesto. En nuestra sociedad vivimos muy deprisa y la gente escucha poco. Si tenemos una relación de pareja sana y un día pasa algo malo, ese detonante parece eliminar el resto y no nos planteamos seguir manteniendo lo bueno.
Después de Yerma, La dama duende, La puta enamorada… ¡Por fin una mujer contemporánea!
Tenía unas ganas de quitarme el corsé (risas)…
También tienes un blog, Eva al desnudo, sobre cultura, belleza y cocina.
Son mis aficiones. Soy cocinillas y me interesa mucho la cultura. Además, ahí me siento legitimada para opinar. También disfruto del interiorismo, de la danza, de los viajes…
¿Algún otro proyecto?
Voy a interpretar a un personaje histórico en la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo y estoy preparando la película Por la sombra.
¿Y qué tal concilias la vida laboral con la familiar?
Siempre he tenido claras mis prioridades y prefiero renunciar a cobrar más dinero para tener un horario conciliable con mis hijos. Con los dos me cogí un año de excedencia voluntaria. Además, mi madre y mis cuatro hermanas me han ayudado mucho.
DE UN SORBO
¿Te gusta el café? Soy más de te. Desayuno cerelaes con requesón y un zumo de naranja natural. Y, a media mañana, me tomo un te.
¿Te levantas de buen café o de mala leche? De muy buen café. Y despierto a mis hijos con besos.
Un pensamiento antes de dormir… Leo libros, porque es mi ratito.
¿A quién invitarías? A Lorca. Soy fan de su obra.
¿Y a quién no darías ni agua? A un político.
Si el café te diera superpoderes, ¿cuál querrías? Viajar en el tiempo.
Recomiéndame un buen libro para un buen café… La isla de Alice, de Daniel Sánchez Arévalo.
Pide un deseo para este invierno… Que mi abuela, que está enferma, deje de sufrir.
