Jesús Calleja vivirá una de sus aventuras más extremas en First Dates… O al menos de las más complicadas. Su objetivo como asesor en la Semana del Amor será que una pareja no se quede solo con las apariencias y vaya más allá. Aprovechamos su participación en el programa más romántico de Cuatro para conocer cómo palpita el corazón del aventurero.

¿Crees en amor a primera vista?
Es cierto que cuando ves a alguien que te impacta, te quedas ahí mirando y ocurre algo, hay una química. Luego tiene que venir lo otro, que se cueza a fuego lento… Pero el primer impacto es muy importante.

¿Qué es lo primero en que lo que te fijas?
En el conjunto. Siempre tenemos idealizado un tipo de persona que nos gusta. Cuando te la encuentras de frente y no esperabas encontrártela, tu cerebro es muy listo, y rebusca en el archivo de tu mente la información que dice que ese es el tipo de persona que te va… y ocurre la magia.

¿Has vivido alguna ‘first date’?
Sí. Desde la adolescencia, y ahora que estoy como en una segunda fase de la adolescencia, también. No ves que me paso el día fuera de casa…

¿Esas primeras citas te ‘ponen’ o te suelen defraudar?
A mí me gustan las primeras citas, lo que pasa es que te vuelves más selectivo. Pero una primera cita tiene algo muy bonito porque todavía estás en un momento dulce, es divertido y atractivo.

Cuéntanos tu experiencia como asesor del amor en el programa.
Me he divertido mucho porque he visto una similitud entre el programa de Carlos Sobera y el mío. A mí me gusta hacer una televisión real, no trabajamos con un guión. Volando voy y Planeta Calleja se basan en eso, y First Dates, lo mismo: lo que está ocurriendo es de verdad, no es postizo, no es forzado, es una gran verdad y eso me atrae mucho.

¿Qué tal se te da aconsejar sobre el amor en tu vida diaria?
No es una cosa que yo haga habitualmente, pero sí que de vez en cuando aconsejo a alguien. La vida es la que hay y tenemos que aprovecharla. Si te enamoras de la persona que la sociedad ve equivocada, o no es la adecuada o te separan diferencias culturales, hay que quitárselo de la cabeza. Si esa persona te gusta, lanzate a por ella.

¿Has hecho alguna vez de casamentero?
Tuve que hacerlo obligatoriamente porque yo me hice cargo de tres chavales de Nepal y uno de ellos decidió que quería casarse. Como no tenía padre, según sus tradiciones me mandó a Nepal a buscarle una novia. Al final, lo hice, y de hecho rodamos un programa que se llama La boda de Suresh, y se casó con esa chica. Yo le avisé: “Esto me lo has encargado tú, es tu problema, pero yo no lo haría”. Ahora son enormemente felices, nació el amor y tienen una niña. Me toco forzadamente, pero en esta ocasión funcionó.

Ahora que llega San Valentín… ¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor?
Cuando eres chaval, en San Valentín te acicalas, te echas la colonia, cambias los calzoncillos, la ropa y vas a por todas (risas). Es una fecha muy señalada y yo todavía sigo la tradición de hacer algo especial ese día. Pero locuras no, cosas más mundanas.

¿Qué plato prepararías el día de San Valentín para tu pareja?
Pues soy un cocinero malísimo. Como nos pasamos casi nueve meses fuera de casa, creo que no es bueno sacarme del arroz o la pasta.
Una vez hice una gran cena para la familia por Navidad… Me llevó dos días comprar los ingredientes y otros dos prepararlo todo, pero me he dado cuenta de que se puede. En el menú siempre tiene que haber mar y huerta.