Desde que abandonó sus estudios de enfermería para cumplir su sueño, Noemí Ruiz no ha parado de trabajar. Tras interpretar a Trini, la directora del hopsital de Allí abajo, la veremos en El Ministerio del Tiempo dando vida, nada menos… ¡que a la Duquesa de Alba! Nos tomamos un divertido café con ella para conocerla mejor.
¿Eres tan metódica y responsable como Trini?
Yo siempre digo que ella no es mala, está estresada. Tengo poco de ver con ella. Quizá compartimos el carácter y que las dos nos dejamos la piel por conseguir lo que queremos. Eso sí, yo casi siempre sonrío y ella no.
¿Te identificas con los tópicos sobre los andaluces que salen en la serie?
La realidad supera a la ficción y Allí abajo juega con los contrastes. Nos gusta reísnos con la gente, pero no de la gente.
Estudiaste enfermería y has acabado siendo la directora de un hospital en la ficción…
Todo pasa por algo: solo tienes que tener paciencia y abrirte a las señales de la vida. Por suerte, yo estuve atenta y creo haber elegido el camino adecuado. Cuando paso por un hospital de verdad me doy cuenta de que mi sueño tenía que ver más con curar almas que con salvar vidas.
También eres educadora social…
Desde pequeña tengo inquietudes sociales. Llevo más de la mitad de mi vida intentando arrancar una lágrima o una sonrisa al público.
¿En algún momento te has arrepentido de ser actriz?
Dudas y bajones se tienen siempre, pero nunca me he arrepentido. Esta profesión me ha dado algunos de los momentos más maravillosos y dulces de mi vida y no lo cambio por nada. ¿Miedo? Mucho: de no tener talento, trabajo, dinero para pagar el alquiler… Pero esta forma de vida engancha.
¿Lo tuyo es vocacional?
Total, lo que pasa es que de pequeña no era consciente. Interpretar era mi manera de jugar. Me encerraba en mi habitación sola y jugaba a recrear situaciones inventadas. Hablaba sola, besaba mi mano como si fuera el galán de una película, fumaba lápices… (risas).
¿Y viene de familia?
Pues no sé de dónde viene porque soy la más pequeña de cuatro hermaos, soy de barrio y me he criado en un kiosco de chucherías que heredó mi padre cuando se quedó sin trabajo. Me encantaba estar allí y empaparme de las historias de la gente. Luego él volvió a su oficio de albañil y yo me llevé una mochila cargada de historias.
¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que querías ser actriz?
Reaccionaron mal porque querían protegerme y veían este mundo como algo hostil y difícil para una niña de 15 años. Pero mi esfuerzo y constancia les convenció y no tuvieron más remedio que apoyarme.
Además, te gusta escribir…
Mucho, lo hago para entender mejor este mundo. Escribo historias, pensamientos, obras de teatro para mi compañía Caramala… Y tengo un blog de viajes (www.viajandonos.com).
¿Más proyectos?
Empezaré a hacer monólogos cómicos con algunos compañeros de Allí abajo; preparo nueva obra a las órdenes de Chiqui Carabante; y estoy haciendo cositas con Federico Aguado [Amar…, Mar de plástico…].
Además, te veremos en El Ministerio del Tiempo interpretando a la Duquesa de Alba.
¡Eso ha sido un regalo de la vida! Dar vida a una mujer de bandera, una grande de este país, valiente, revolucionaria, con unas ganas inmensas de dar y recibir amor y cuyo único delito fue nacer en una época que no le pertenecía. Además, fue maravilloso compartir secuencias con Pedro Casablanc.
¿Y qué haces cuando nos trabajas?
Tengo muchas aficiones: cocinar, hacer yoga y running y viajar.
En instagram cuelgas fotos muy sexys…
Mi talón de Aquiles es la inseguridad, pero esa del bañador negro me la hizo Sergio Lardiez, un fotógrafo al que admiro e hizo que me sintiera atractiva y segura.
¿Y qué te dice tu chico de esas imágenes?
Me apoya en todo, es mi mejor compañero.
DE UN SORBO
¿Cafetera? Café italiano de toda la vida, pero bebo dos al día como máximo. Desayuno café con leche de avena y pan de espelta con aceite de oliva y jamón serrano. Y, a veces, un pourridge de avena.
¿Te levantas de buen café? Necesito un café para vivir. Una compañera de piso que tuve se reía mucho de eso. De hecho tengo un cuadro en mi casa que me regaló ella y retrata esa situación.
¿A quién invitarías? Me encantaría tomarme una cerveza con Sabina.
¿Y a quién no le darías ni agua? A gente que no es respetuosa con las ideas de otros. Por ejemplo, los que no respetan a los homosexuales, transexuales…
Si el café te diera súperpoderes, ¿cuál querrías? Poder tomarme un café eterno con mi abuela y sus historias.
Recomiéndame un buen libro para un buen café… La historia interminable, de Michael Ende.
Pide un deseo para esta primavera. Tener mucho amor
