Tras cinco meses llenando palco en Madrid, Jorge Javier llevará su segunda obra, Grandes éxitos, al Teatre Tívoli de Barcelona, del 20 al 29 de julio. A un mes del estreno, ya se ha vendido la mitad de la taquilla de esta comedia escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio y protagonizada también por Marta Ribera.
¿El teatro funciona para ti como una catarsis?
Sí. Es descubrir una pasión nueva, y eso a mi edad es como volver a nacer profesionalmente.
Siempre te ha gustado cantar, ¿pero en público?
Nunca había tenido el valor. Juan Carlos Rubio me animó a hacer la primera función. Acabamos muy bien, tenemos una conexión importante.
¿Esta segunda obra era más difícil para ti?
Claro, la primera puede funcionar por la tele, pero en la segunda te arriesgas muchísimo más.
¿Qué te está aportando?
Me gusta experimentar. Me alimenta para todo profesionalmente, incluso para el programa…
¿Ha mejorado tu voz?
Sí, los temas que canto los defiendo muy bien. Paloma San Basilio me dijo que tenía una voz muy bonita en la zona media, que no alargara demasiado las notas. Para mí, fue una clase magistral.
Barcelona, Vitoria… ¿No tienes vacaciones?
Después de Vitoria, en agosto, me iré a la playa, es lo que más me gusta del mundo. A la vuelta seguimos la gira.
¿Tienes ganas de enamorarte este verano?
No, me da un poco de inquietud. Con los años me he vuelto especialito, pero nunca se sabe.
Dices que te da pereza salir y las redes sociales.
Me da mucha pereza. He salido mucho. Tengo una cosa muy en mi contra, que es la popularidad. Además, no soy mucho de aplicaciones, para mí es importante ver a la gente en movimiento, cómo se mueve, cómo habla, cómo se expresa…
¿Te ves de ministro?
No, para nada, no me veo, no valgo para ello.
En ‘Supervivientes’ enseñaste el trasero…
Porque lo tengo muy bonito (risas).
¿Cada vez estás perdiendo más la vergüenza?
Sí, pero eso es la edad y me encanta. Me estoy quitando mucho lastre emocional, mucho complejo.
¿Tienes alguno?
No, ahora ya no, me veo en mi mejor momento. Me gustaría estar como estoy ahora, pero con 35 años.
¿En algún momento se te ha subido mucho el ego?
He trabajado mucho y me he dado muchos golpes. Me han preocupado más los demonios que tenía que dominar en mi vida personal, que el trabajo.
¿Qué te da el teatro?
Muchísimo, me ha ayudado a seguir. Entiendo perfectamente que aconsejen hacer teatro, es algo muy terapéutico. Es como estar en un mundo idílico, en el que soy feliz, todo está cerrado, no va a pasar nada malo, simplemente hay que repetir la función con la misma pasión.
¿Te dedicarías solo a ello?
Me gustaría alternar, como ahora. A veces la tele te deja bloqueado porque cuando va muy bien, te sale más trabajo y viceversa. Es verdad que veía muy lejano comenzar una nueva carrera en el teatro, pero sí me gustaría.
