Silvia Marsó es la misma que debutó en 1981 en Gent d'aquí, en la televisión catalana, y que se hizo muy popular en el Un, dos, tres... o Ana y los 7. Y en los últimos tiempos era la madre de Mateo en Velvet. Gonzalo Trujillo es un actor sevillano, que ha desarrollado parte de su trabajo en el teatro infantil primero y de adulto después, pero se hizo popular como el inspector Mauro San Emeterio en Acacias 38 la temporada pasada. Ambos trabajan juntos en la obra 24 horas en la vida de una mujer, en el teatro Infanta Isabel de Madrid, un musical que llegó por casualidad a manos de Marsó y que le hechizó tanto que además de protagonizarlo, lo produce.

Silvia, ¿cuándo conociste esta obra?
La novela de Stefan Zweig me la regaló Eloy Azorín cuando estábamos ensayando Gran Hotel. La leí y me fascinó, me enteré que estaban haciendo un musical en París y me fui a verlo. Y desde el primer momento supe que esa obra la iba a acabar llevando a los escenarios. No me gustan las cosas fáciles, me gusta apostar por el buen teatro, el que tiene que ver con la cultura, el que me aporta como lectora, como intérprete o como espectadora.

Te gustó tanto que hasta produces la obra.
En España no se apuesta por el musical en pequeño formato. Yo quería hacer algo distinto y creé mi propia productora Lamarsó.

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Gonzalo, tú haces de maestro de ceremonia. ¿Os conocíais?
Tenemos un amigo común, Marc Parejo, que nos presentó hace tiempo, pero nunca habíamos trabajado juntos. Ahora estoy en la obra durante dos meses y Marc se incorporará más adelante.

La obra muestra la relación entre un hombre joven (Felipe Ansola) y una madurita. ¿Se acepta en nuestra sociedad que la mujer sea la mayor?
Silvia: Sólo hay que ver cómo trataron a Macron y su esposa por este motivo, porque se llevan veinte años... y estamos en el siglo XXI. No ha cambiado nada en este aspecto, por desgracia. En la función ambos se unen porque son seres perdidos. Él es un ludópata, esclavo del juego, que no puede salir vicio. Ella está en el vacío absoluto. Ha enviudado y tiene el síndrome del abandono del nido, que es algo terrorífico.
Gonzalo: No está normalizado y ni siquiera aceptado en nuestra sociedad. En cambio sí se ve bien que el mayor sea él y ella la joven. Imagino que es por el cliché de que los hombres somos más inmaduros.
Silvia: Yo estoy convencida que si la mujer envejece bien, resulta muy interesante para un chico joven que se está iniciando en la vida.

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Silvia, ¿eres una mujer que ha vivido su propia vida, que te has sentido libre?
He sido independiente desde muy jovencita, así que no me ha quedado más remedio que sacarme las castañas del fuego. Y a mi hijo, que ya tiene 18 años, lo he criado durante muchos años prácticamente sola porque me separé de mi pareja.

Antes de llegar a Madrid, la función ha girado por muchas partes de España. ¿Dónde debutaste tú, Gonzalo?
En mi tierra, en Sevilla, en el teatro Lope de Vega. El viernes prohibí a mi familia que fuera a verme porque estaba muy nervioso, pero el sábado y domingo llegaron todos, un hermano que vive en Sevilla y hasta el otro, el mayor, que vive en Madrid y fue a pasar el fin de semana. Y mis amigos se presentaron en tropel y por sorpresa.

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Tú ya habías hecho mucho teatro para niños y adultos…
Sí, pero llevaba dos años sin hacer nada y me daba respeto porque mi personaje está todo el rato en escena.

Silvia, ¿llevarás la obra a Cataluña, tu tierra natal?
Tengo la intención de hacer esta obra en catalán, en Barcelona, para noviembre. Y allí se incorporará Marc Parejo en el papel del chico joven. Me hace mucha ilusión poder trabajar en mi lengua materna puesto que llevo toda mi trayectoria ubicada en Madrid.

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Mar de Plástico, Acacias 38… Gonzalo, ¿qué ha supuesto en tu carrera el inspector Mauro San Emeterio?
Es un personaje que me enamoró desde el principio y que curiosamente ha tenido un final feliz y abierto con Teresa (Alejandra Meco), después de que por fin lograra enviar a Cayetana (Sara Miquel) al garrote vil.

Anteriormente fuiste el inquisidor Frías en una película sobre Ignacio de Loyola, el Fundador de la Compañía de Jesús, que rodaste en inglés.
La rodé un año antes de dejar Acacias, pero se estrenó después. El inglés me viene de que de bien pequeño, a los cinco o seis años, mis padres me apuntaron a clases con una inglesa nativa en el barrio donde vivíamos. Luego he estado viviendo en Estados Unidos y en Inglaterra y me pasé seis meses trabajando en inglés en Alemania. Además he hecho giras de teatro infantil en inglés.

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¿Por qué creéis que el autor puso a un hombre para narrar la vida de una mujer, papel que interpreta Gonzalo?
Gonzalo: En la obra no tiene tanto peso el maestro de ceremonias. Es más en la obra de teatro y me parece muy revolucionario que un hombre defienda la libertad de la mujer.
Silvia: Creo que simboliza el pensamiento de Zweig, el autor. Un liberal que defiende la libertad de la mujer.

Silvia, eres de las pocas actrices que renunciaste a un contrato blindado para ser imagen de una cadena de televisión. ¿Por qué?
Porque la vida me puso en la diatriba: o se millonaria y muy popular o ser actriz. Si aceptaba ese cheque en blanco tenía que hacer de todo, participar en un reallity o en un concurso y quién me hubiera creído después interpretando a Yerma por ejemplo? O Nora, de Casa de Muñecas, de Ibsen. Y no me arrepiento de esa decisión que tuve que tomar antes de la treintena. No quiero ser rica, quiero ser actriz. Y la verdad es que no me puedo quejar porque he hecho todos los grandes personajes que se pueden hacer en teatro.

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¿La televisión está viviendo un momento de oro?
Gonzalo: Sí. Ahora se cuida mucho el producto y se entiende que un buen actor puede hacer un papel tan interesante en la tele como en el cine. Y con las plataformas digitales, todo se ha internacionalizado.
Silvia: Ahora sí hay producción propia en televisión; cuando yo empezaba sólo había dos cadenas y una serie o dos como máximo cada semana. Las cadenas privadas tardaron diez años en empezar a "construir" ficción.

Silvia, ¿crees que apenas existen papeles para las mujeres maduras?
Soy miembro de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios audiovisuales) porque como actriz hay un agujero negro en el que en España, las mujeres a partir de los 45 años dejas de existir. Eso pasa también en Hollywood, pero no en el resto de Europa.

Pero la cultura la consumen mujeres…
Silvia. Son las que leen, las que van al cine, al teatro…Yo siempre digo que si un extraterrestre viniese a nuestro país y se guiase por los audiovisuales para ver cómo es nuestra sociedad, creería que las mujeres desaparecían a partir de los 45.

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Habladme de nuevos proyectos.
Gonzalo. Yo estoy pendiente de varios castings para volver a televisión, pero todavía no puedo confirmar nada.
Silvia. Yo sigo con la obra de teatro por España durante todo este año y también tengo un proyecto para televisión, pero todavía no hay nada firmado.

Gonzalo, tú, además de actor tienes una trayectoria como fotógrafo…
En el colegio ya me apuntaba a todas las obras de teatro que se hacían, pero me puse a estudiar Arquitectura y lo dejé después del primer ciclo. Fui a Madrid a estudiar interpretación y también hice Publicidad y relaciones públicas. De hecho, he trabajado mucho en comunicación, de redactor y de fotógrafo. ¡He hecho hasta bodas!
Silvia. ¡No sabes las fotos tan preciosas que hace! El cartel de la obra 24 horas en la vida de una mujer es suyo.

Gonzalo, ¿te sentiste acogido en la capital o te costó?
El primer año me costó mucho la adaptación. Madrid es una ciudad muy grande y estaba en una escuela donde había pocos alumnos... Pero a partir del segundo me encantó. Como hay tanta gente de fuera, haces piña y resulta muy acogedora.