Se trata de su perrita Gilda, su mascota y con la que se le cae la baba cada vez que la mira. Con trabajo en el cine (La mancha negra), el teatro (¿Quién es el señor Schmitt?) y la televisión (Toy Boy), Cristina Castaño se siente muy afortundad excepto por una cosa: lo que echa de menos a Gilda cuando le toca grabar o representar la obra. Su devoción por ella es tal, que se deshizo en piropos hacia ella en sus redes sociales: "He de decir que la que llama la atención por la calle cuando paseamos es ella. No pude soñar perra más bonita para mí y no puedo echarla más de menos ahora que estoy rodando fuera y con gira de teatro".

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