Tras la muerte de la diva, las redes sociales y los medios se han volcado en evocar la trayectoria de Montserrat Caballé. Sin embargo, tanta saturación en su memoria no me ha cansado. Al contrario, cuanto más escuchaba, cuanto más me acordaba de algunos momentos, más quería escuchar, más quería saber. De modo que volví a ver la última entrevista que vi en televisión de la gran soprano española.
Montserrat Caballé, sentada apaciblemente en un sillón de su casa, relata algunos episodios de su carrera, cómo se había planteado ella la fama, su relación con las personas queridas, con otros grandes de la ópera. Mientras que amigos y familiares prestaban su testimonio para enriquecer su figura. La entrevista fue grabada en el mes de junio y he entresacado algunos momentos:
Recordaba el día en que sustituyó a la gran Marilyn Horne en el Carnegie Hall de Nueva York. Primero fue el miedo y las dudas, pero durante la interpretación ya se dio cuenta de que el público estaba extasiado. A la mañana siguiente los titulares alababan su impresionante voz e interpretación.
Tal vez su trabajo más alabado haya sido el Norma, de Bellini, donde el pianísimo agudo de la Caballé emociona, aunque te resistas.
Montserrat Caballé era humilde y honesta y se consideraba una servidora del compositor que es "el gran creador de las noches... si no eres consciente de que solo eres un servidor del compositor te conviertes en eso, en un falso divo”. María Callas dijo de ella que era su sucesora.
Cantó por primera vez con su marido, Bernabé, Madamme Butterfly. Él era un tenor muy atractivo, que no se sabía la obra en los ensayos. Años más tarde se enteraron de que cantaba con un sólo pulmón, que el otro lo tenía necrosado.
Su hermano Carlos siempre fue el guía de su carrera y el único empresario que representó a la diva. Cuenta en la entrevista que cuando escuchó la voz de Carreras quiso llevarle también, lo que le supuso el enfado de Plácido Domingo, a quien también representaba.
Montserrat dice de Pavarotti que era un ser excepcional, con el que más dulzura había sentido en el escenario. "María me lo dijo un día: Este es el Tenor". Y tenía razón.
La diva del bel canto recibirá los homenajes oficiales que ya prepara el Ministerio de Cultura, uno en el Liceu de Barcelona y otro en el Teatro Real o en el de la Zarzuela de Madrid.
Por cierto, se trataba del regreso de Mari Cruz Soriano a televisión, Gigantes de La 2, y lo hacía de verdad a lo grande.
