Pablo Chiapella sube a un avión para viajar a Gran Canaria. Su destino final es Artenara, un bonito pueblo del interior situado en la cumbre de la isla, a 1270 metros de altura. Los vecinos de Artenara presumen de vivir por encima de las nubes.
Durante las 48 horas que El paisano pasa en este pueblo canario conversará con Inés y Mari, quienes le explicarán experiencias vitales muy duras, que han marcado su forma de entender la vida. Pero también vivirá anécdotas divertidas de la mano de Celestino, el enterrador del pueblo; de Juan, el hombre de los huevos verdes; o de Umberto y su histórico Mercedes blanco.
En este pueblo isleño, Pablo también se dejará seducir por sus magníficas vistas y descubrirá algunas curiosidades, como los barrios trogloditas. Lugares donde, todavía hoy, se habita en cuevas perforadas en la montaña.
Después de lo vivido en Artenara, Pablo reunirá a sus paisanos para explicarles, en un divertido monólogo, sus impresiones y aprendizajes, que le han convertido en un artenarense más.
