Elionor pide ayuda a Joan para que trate de convencer a su hermano de que case a Mar o la haga profesar en un convento, pero Arnau se niega. Torturado por las dudas, pero intentando convencerse de que obra bien, acepta que Elionor ponga en marcha un plan para alejar a Mar, con la complicidad de un caballero, Felip de Ponts, que debe mucho dinero a Arnau.
Pasa el tiempo. Los Puig languidecen en la masía de Navarcles, la única posesión que les permitió conservar Arnau. Margarida visita a escondidas a Elionor en la que antes fue su casa y se ofrece a ayudarle a destruir a Arnau.
Mientras, Arnau llega a un acuerdo económico con el infante don Juan, que vive de los impuestos que le pagan los judíos. Levantarán el sitio a cambio de una importante cantidad económica y la entrega, para ser ajusticiados, de quince judíos, que finalmente quedan reducidos a tres. Por decisión propia, Hasdai se ofrece para ser uno de ellos.
Finalmente, Arnau será encarcelado. El ambicioso Inquisidor General Nicolau Eimeric instruye el proceso. Joan, avisado de lo sucedido, regresa a Barcelona a toda prisa e intenta mediar ante Eimeric.