El inquisidor Nicolau de Aymerich ordena que liberen a Aledis, pero que encadenen a Francesca, a la que se acusa de bruja, en la misma mazmorra que Arnau. Aledis, con la ayuda de dos prostitutas jóvenes, logra obtener de Jaume de Bellera y Genís Puig información acerca de lo sucedido a Arnau.
Joan va a ver a Mar en la masía en la que habita. Ella lo recibe con frases muy duras y el remordimiento hace confesar a Joan que no fue Arnau quien la traicionó, sino él. La joven humilla al religioso y emprende el camino a Barcelona.
En Italia, Guillem recibe una carta de Yucef, el hermano de Raquel, en la que le cuenta la muerte de su padre, y cómo Arnau los defendió. Por su parte, Joan intenta que Nicolau le permita ver de nuevo a su hermano, para informarle de que ha encontrado a Mar.
