Antonia Santiago Amador es La Chana. Tiene 72 años. Ha sido y es conocida como La Reina del Flamenco. Ya no puede bailar, pero lo ha seguido haciendo, sentada. De formación autodidacta, este gitana catalana de ojos azules conquistó al público de todo el mundo en varias ocasiones. Repentinamente se retiró de los escenarios. Dicen que tuvo la gloria y el dinero a los que una gitana de su clase no podía aspirar. En el escenario parecía entrar en trance, al bajar recibía palizas brutales, humillaciones, y debía entregar todo su dinero al guitarrista que la maltrataba.

La directora croata Lucija Stojevic, también guionista y productora, conoció a La Chana en 2012 y se sintió fascinada con su historia. El rodaje coincidió con su última actuación, en 2013, en el homenaje a Carmen Amaya. En el escenario vacío, La Chana se sienta en una silla rodeada de tres cantaores y baila, sentada, con el mismo ritmo y furia con que bailaba cuando tenía quince años. Imprescindible.

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La cinta es una coproducción de RTVE y Noon Films. Ha recibido este año los Premios Feroz y Gaudí al mejor documental.