Llegaba como el ‘tapado’ de su edición, sin oficio ni beneficio conocido más allá de su apellido, pero en la segunda velada del concurso Olfo Bosé dará un golpe en la mesa que le va a posicionar como firme candidato a ganar los 3.000 euros. Todos los elementos de su velada como anfitrión se conjugarán para ofrecer una propuesta redonda a sus invitados, que vivirán la noche entre sorpresas, risas y un buen atracón de comida. ¿Serán justos en sus puntuaciones finales o se destaparán como estrategas para evitar que el nuevo anfitrión se lleve el gato al agua?
Las sorpresas llegarán nada más abrir la puerta a sus invitados. El precioso ático con terraza, decorado con un gusto impecable, llamará la atención de Olvido, Raquel, Rafi y Sofía, entusiasmados ante la perspectiva de una cena elegante. Tampoco pasará desapercibida su mano para la cocina. Ofrecerá un menú elaborado con una estupenda materia prima y buena técnica que marcará la diferencia.
Fiel a su espíritu místico, Olfo pedirá a sus invitados que se descalcen nada más llegar a su casa. Enseguida empezarán las miradas raras y los gestos de disgusto entre los invitados, porque un fuerte olor inundará el apartamento de repente que les dejará KO. Todos sospecharán de los pies de Rafa, lo que derivará en una sucesión interminable de situaciones insólitas. El misterio se resolverá cuando Olfo traiga el postre, elaborado a partir de un oloroso queso.
Para el fin de fiesta Olfo propondrá un divertido juego de adivinanzas que los invitados sabrán disfrutar como niños pequeños.
