Nada más cruzar la puerta de la casa de Nagore, los invitados sentirán que acaban de entrar en una revista de decoración. El buen gusto y la pulcritud de todos y cada uno de los lugares del domicilio crearán un ambiente idóneo para la velada.
La obsesión por la comida saludable y el carácter de la anfitriona quedarán patentes en su menú. Arriesgará con una compleja combinación de sabores en formato healthy que resultarán muy atractivas para los invitados.
En todo momento atenderá las demandas del resto de concursantes con gran afabilidad, algo que extrañará y embaucará a los invitados a partes iguales. El postre será el único patinazo de la cena, ya que su mousse de chocolate se transformará en un batido debido a la temperatura. Miguel Temprano, en un intento de acercar posturas, lucirá una chapela roja durante el convite para retrotraer a Nagore a su infancia entre los montes vascos.
Para poner punto y final a esta edición, Nagore preparará una sesión de karaoke con disfraces. Sus invitados intentarán mostrarse alegres y animados a pesar de que la idea no les hace mucha gracia
