“Nos vamos de viaje, ¿no?”. Esto fue lo primero que le dijo Bea a Rodri, tercer finalista, nada más entrar en el plató como flagrante ganadora de la edición menos vista de Gran Hermano. Bea, Meritxell y Rodri protagonizaron una emotiva noche llena de sorpresas que alcanzó su culmen con la visita de sus familiares a Guadalix de la Sierra.
Pero no todo fue rollo en la última gala. Tras la expulsión de Rodri, Bea y Meritxell protagonizaron uno de los momentos más tensos de esta edición. A Meri no le ha hizo ninguna gracia que Bea le dijera que hiciera sonar sus mocos y le dejó claro que los únicos mocos que tenían eran “los que te vas a comer tú esta noche”. Tras ser proclamada ganadora y disfrutar de la tradicional soledad del vencedor, Bea se ha despedido de la casa con su grito de guerra: “Esto es muy hardcore”.
El distancimiento entre Rodri y Pol o la insistencia de Meritxell con Alain fueron algunos de los temas de una noche en la que Jorge Javier Vázquez protagonizó el momento más tenso al enfrentarse con Clara. “No te permito que me digas que mis compañeros me tenían miedo”, dijo la concursante tras un comentario del presentador. A lo que él contestó: “¿Crees que tengo algo en contra tuyo?”. Y Clara zanjó: “Me juzgas todo lo contrario a lo que soy”.
Finalmente, Sofía, ganadora de la última edición, le entregó al maletín a su sucesora. Y, antes de terminar la gala, Jorge Javier se dirigió a la audiencia: “No me lo habéis puesto fácil, pero me quedan ganas de seguir en Gran Hermano. Ojalá me lo permitáis”.
