Hace seis años Globomedia le abrió las puertas de ‘El club de la comedia’. Luego ofreció a Juan Carlos Librado ‘Nene’ una colaboración en las series Aída y B&b, y ahora lo ha incorporado a Zapeando.

¿Qué tal la experiencia?

Genial. Veía el programa en casa y, como estoy el verano rodando en Madrid, acepté encantado. Y los compañeros me han hecho sentir cómodo.

¡Incluso repites con Anna Simon!

Sí; en ‘Así nos va’ [La Sexta] nos llevábamos muy bien y aquí me ofrece toda su ayuda. La experiencia que me dio aquel espacio en el uso del telepronter me ha venido bien para esto.

¿Cuál es tu rol en la mesa?

Por mi tipo de humor, canalla y negro, me caen en guión los chistes más arriesgados.

¿Te obliga a ver más tele?

Me falta tiempo pero estoy al día a través de twitter, sobre todo de las cadenas y programas que me gustan. Soy fan de Al rojo vivo y Loco mundo, y sigo los informativos de La Sexta y Telecinco.

Mientras, grabas Gigantes para Movistar. ¡Primer fijo en una serie!

Es una gran oportunidad como actor y una suerte por poder aprender de grandes como Coronado, Daniel Grao... La ficción tiene el sello de Enrique Urbizu, muy intensa, cruda y sin concesiones.

¿Tu personaje?

Clemente, el hijo pequeño de una familia de delincuentes, que quiere salirse del negocio y ganarse la vida como boxeador. Pero lo va a tener difícil.

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¿Has tomado clases de boxeo?

Sí, por la serie he vuelto a entrenar y he seguido una dieta estricta. Me está resultando duro porque me encanta comer.

¡Tus tatuajes te habrán ido bien para este papel!

No, en los primeros capítulos me los he tenido que tapar, pero hay trucos de maquillaje para ello. A los castings voy siempre con manga larga, para que los tatuajes no me condicionen. Si no tuviera este trabajo, me haría más.

Es tu segundo drama tras la película ‘El guardián del silencio’.

Dicen que a los cómicos se les da bien hacer drama... y tenía ganas de demostrar que eso es verdad. Me he formado para ello.
Hiciste deporte profesional.

¿Qué fue antes, lo del humor o el fútbol?

Empecé en los monólogos cuando estaba a punto de dejar de jugar, pero estoy sobre los escenarios desde que hacía teatro en el colegio.

Ahora estás en el de La chocita del loro, en Madrid, con ‘¡Booom!’

Hago humor arriesgado que pone al público en situación incómoda. Hablo del terrorismo yihadista, la religión, el consumismo... y de nuestras hipocresías y contradicciones.

Eres osado con los temas.

No me gusta el humor blanco, blandito, de lugares comunes, sino el que se posiciona.

¿Sigues jugando al fútbol?

Lo hice desde los 7 años hasta los 34, y acabé cansado de tanto entrenar, así que desde que me retiré en 2005, lo dejé radicalmente. Ni siquiera hago pachangas con los amigos. Además, en este oficio no puedo arriesgarme a lesionarme.

¿Lo sigues como aficionado?

Veo algún partido del Atlético, pero poco más. No me gusta el giro que ha tomado el fútbol en los medios, en plan prensa rosa.

Estudiaste electricidad. ¿Manitas?

Qué va. En casa no arreglo ni un enchufe. Estudié cinco años de la antigua FP, por hacer algo… Luego, ya como futbolista, me formé en cosas que sí me gustaban: diseño gráfico, fotografía, marketing... aunque no he ejercido.

¿Más proyectos?

El estreno de Corre, de Yolanda García Serrano, con Nur Levi, en la Sala Galileo de Madrid. Pronto empiezo los ensayos, así que, salvo alguna escapada a la playa con mi novia, me quedo sin vacaciones.

¿De dónde viene tu apodo ’Nené’?

¡Va sin tilde final! Es el mote familiar que se ha mantenido. Y el nombre artístico más feo del mundo, pero ya es tarde para cambiarlo.