Sexo y juergas a la italiana: nos colamos en la grabación de ‘Super Shore 3’

Lisboa, una isla en Croacia… Estos fueron algunos de los destinos que se barajaron para grabar la tercera temporada de Super Shore, que finalmente aterrizó en Rímini, la meca de la fiesta en Italia. Y  hasta allí viajamos con MTV para conocer desde dentro cómo se hace el reality. “Buscábamos una ciudad europea donde hubiera mucha marcha y aquí se mostraron muy interesados en el formato. Nos han puesto las cosas muy fáciles desde el principio”, nos cuenta Joaquín Zamora, director del programa y socio de La Competencia, productora que este año se ha hecho cargo del show.

“El equipo está formado por 75 personas, españoles e italianos, que trabajan en tres turnos”, explica Joaquín. Entre todos cubren las 24 horas del día: de 8 a 15, de 15 a 22 y de 22 hasta las 8 de la mañana del día siguiente. Aunque tienen sus más y sus menos –“Les cogemos cariño… ¡pero también odio!”, nos cuenta el director riendo– la convivencia es, en líneas generales, muy buena. “Es fundamental que nos llevemos bien poruqe, si yo estoy grabándote y tú estás relajado, va a salir todo mucho mejor. Pero si los concursantes nos sienten como una amenaza no nos van a dar contenido”.

Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de acompañar a los chicos en una de sus salidas –la del parque temático Italia in Miniatura– y nos colamos en la casa donde han convivido todo un mes, ubicada en Coriano, a las afueras de Rímini. La espectacular villa, redecorada especialmente para la ocasión, pertenece a un lugareño que, aunque no la habita, la cuida durante todo el año.

“Hemos cubierto las paredes con papel, cambiado los muebles…”, nos explica el director. Sus muros, tuneados con ‘motivos italianos’, han sido testigo de juergas, romances y peleas, todo un clásico de la franquicia Shore.

La cocina de la casa, que los concursantes compartirán con inquilinos ‘pasajeros’. “Hemos recibido la visita de algunos ex concursantes. Todos quieren volver, pero hemos elegido a los que creíamos que podían dar juego”, adelanta Joaquín. Además, todos pueden invitar a alguien que conozcan fuera: “Pueden pasar un día con ellos… dos como mucho. Aquí lo importante es la evolución de un grupo de amigos que pasan un mes juntos”.

Una de las habitaciones, antes de que llegaran los chicos…

… ¡y después de una noche de juerga!

Fiestas, rollitos, peleas… “Y no podían faltar las resacas al ir a trabajar tras una noche loca”. Pero ¿hasta dónde vamos a ver? ¿Hay algún límite? “No hay filtros. El contenido lo van dirigiendo las tramas y, a veces, un polvo no es significativo. Si los espectadores buscan morbo, hay mucho porno en internet”, opina Joaquín.

En el jardín, por si acaso, hay una caravana perfectamente equipada para los ‘calentones’. ¿Quién la aprovechará más, los veteranos o los recién llegados? “Está claro que el perro viejo sabe bien qué contenido funciona… (risas) Y Super Shore es un formato que hay que aprender a hacer como concursante porque tiene sus peculiaridades”.

Otra de las localizaciones más espectaculares de la casa, un jacuzzi con preciosas vistas a los montes italianos.

El salón de la casa, cuyas paredes han sido recubiertas y con muebles escogidos para la ocasión (los originales se sacaron antes de comenzar la grabación para su buena conservación), fue testigo de una divertidísima fiesta. Al día siguiente, ¡los chicos tuvieron que levantarse para ir a trabajar!

El jardín, que ocupa un enorme terreno, acoge otro de los lugares favoritos de los chicos: la piscina.

En el garaje de la vivienda está ubicado el control, desde donde redactores, realizadores y equipo de dirección siguen los movimientos de los concursantes.

Como curiosidad: el equipo ha desarrollado una especie de código con el que, a través de emoticonos que ellos mismos dibujan en los guiones, van ‘calificando’ las tramas como situaciones cómicas, tristes, rollos, sexo…

Incombustibles, a los concursantes no les importa estar un día entero trabajando si saben que, esa noche, se van a pegar una buena fiesta. En esta ocasión eligieron una impresionante discoteca de Rímini llena de celebrities… ¿Miedo a la imagen que se pueda dar de la juventud? “No hay más que salir por esta ciudad para ver que está llena de shores… Este es el momento que estamos viviendo en nuestra sociedad. Hace 10 años, este programa era impensable y, dentro de 15, nos parecerá Disneyland”.

Mientras los concursantes se divierten, el equipo al que le toca ese turno trabaja duro (y no siempre en las condiciones más cómodas) para captar los mejores momentos. Otra curiosidad: los concursantes están constantemente vigilados. Incluso van al baño acompañados por un redactor.

Pero, como bien dice Joaquín, “lo más importante de un reality son los ‘muñecos’”. Al igual que ocurrió en anteriores ediciones, los concursantes experimentados se mezclan con prometedores fichajes. Con Elettra Lamborghini como embajadora oficial, el equipo se completa con los veteranos Igor, Karime y Potro. A ellos se han unido Adela, Isaac y Ferre desde España; Danik y Víctor, de Acapulco Shore, en México; y Eva, de Francia. “Fue un casting complicado. Buscábamos el típico perfil Shore: gente a la que le gustase salir de fiesta, socialmente hábil y capaz de aguantar toda una grabación con este ritmo”, explica Joaquín.

¿Y cómo se evita que los más resabiados actúen ante las cámaras? “Influye el hecho de que haya desinhibidores, como el alcohol. Ahí sí que eres tú… Se toman un traguito y les sale toda la verdad. Eso sí, hay que tener cierta medida: beben, pero debemos dosificar para que las conversaciones sigan siendo interesantes. Porque si se pasan y se caen de morros… En realidad somos un poco como sus padres (risas)”

Pero, según explica Joaquín, “el reality más interesante lo tenemos nosotros. Los miembros del equipo también sentimos que somos como un grupo de amigos que estamos pasando unas vacaciones juntos”.