Vivir al límite es, desde hace años, su filosofía. Jesús Calleja arranca una tercera temporada de Volando voy llena de valientes aventureros y con un claro objetivo: alertar sobre el cambio climático.
Insistes mucho en este tema…
Es que no se puede esconder, es una realidad. Tenemos un presidente americano que debería dar ejemplo y no lo está haciendo. Fíjate en los huracanes que hay, la potencia que tienen… Nosotros podemos hacer mucho con pequeñas acciones. Si en las campañas electorales no incluyen este tema, no van a tener mi voto. La clave está en la concienciación.
¿Quiénes son los responsables?
Toda la humanidad. Tampoco podemos echar la culpa siempre a los políticos. No podemos dejar el planeta hecho una mierda para otras generaciones.
¿Aún estamos a tiempo?
Sí. Y por eso el cambio climático tiene que ser el eje fundamental de un programa como el nuestro. Yo intento poner entre la espada y la pared a nuestros invitados. Les pregunto: ‘A ver, ¿tú cómo reciclas?’
¿Quiénes te van a acompañar en estas nuevas entregas?
Arranco con Miguel Ángel Revilla en Cantabria. También estará Álex González, con quien coincidí en la Ría de Arousa mientras grababa una serie para Telecinco y que se animó a practicar buceo. Vendrá Mercedes Milá, que me acompañó a la Sierra de Grazalema…
¿Es difícil seguir sorprendiendo a la audiencia?
Siempre mandan y, si lo hemos hecho bien, nos premiarán. Yo creo que este año lo hemos bordado.
¿Cómo compaginas este programa con Planeta Calleja?
Grabo uno detrás de otro. Viajando una barbaridad y sin parar por casa.
Hemos visto que habéis tenido algunos percances en la grabación de Planeta…
Bueno, es que son aventuras, no paseos turísticos. En Bolivia con Miguel Ángel Muñoz tuvimos un tiempo terrible y él estaba alucinado porque era la primera vez que veía que la naturaleza manda y no se puede controlar con producción. Pero, a pesar de todo, se lo ha pasado como nunca y está deseando volver.
