Se define como "un culo inquieto" y no le falta razón. Siempre maquinando cosas nuevas, igual le da el cine que la televisión, ¡José Mota es el genio del humor!
¿Qué novedades nos vamos a encontrar en lo nuevo de José Mota presenta…?
Estuvimos tentados en hacer programas temáticos, de pecados capitales, pero nos faltaban programas para tanto pecado y nos ataba en exceso a la hora de contar otras cosas. Todos los personajes son nuevos, no hay nada de otros años. Me he divertido especialmente abordando la vida de Tony Folledo, un cómico que huye de España y que tiene mucho éxito en París, pero cuando vuelve está de moda la revista y el chiste y entra con el pie cambiado. Hemos querido contar con su vida las tres décadas del humor. Es una especie de docuficcion dentro del propio programa. Seguimos sin abandonar el compromiso social, tener un altavoz para contar de la mejor manera, con guante de seda, las cosas más agrias. La oportunidad de poder decir y denuncias cosas a través del humor. Ocho apellidos vascos ha hecho más por la conciliación que la política en los últimos 35 años, el humor es más necesario que nunca. Siempre he tenido la necesidad de decir cosas que mucha gente quiere decir y no lo quiero perder.
Hay nuevos personajes. ¿Necesitabas renovar el formato?
Sí. Soy una persona bastante inconformista, un culo inquieto, necesito sentir cada cierto tiempo que algo cambia. No quiero que los personajes acaben conmigo. Necesito sentir aire fresco. Tampoco corren buenos tiempospara el género del humor en televisión. No hay nada en prime time que aguante el humor, son tendencias. Pero reirse cada vez es más necesario.
¿Es posible que el humor se haya desplazado a las redes sociales?
También influye porque son piezas pequeñas, que van bien en Youtube, se ve en el móvil... El personaje de Jacinto XL me da mucho juego para contar esos dos mundos encontrados: un señor de un pueblo pequeñito que se hace influencer y se crea su micromundo. Esos dos mundos enfrentados de la tecnología moderna con el mundo rural me parece interesante y muy fascinante.
¿Por qué crees que TVE sigue confiando en ti en una etapa tan mala para el humor?
Cualquier defensa que haga va a sonar a una loa propia. Es una cadena de servicio público y mi trabajo quizá no le parecerá desadecuado. Me da pudor hablar bien de mi trabajo, quizá he sido una firma y sello del humor de la cadena.
¿El futuro te preocupa?
No lo pienso porque entiendo que puede ocurrir y es algo que ya tengo descontado en bolsa. Mi mente está también en otras cuestiones paralelas; los tiempos son los que son, no hay que oponer una resistencia absurda. Hay nichos del humor como Youtube, el teléfono.. ahora reposa mucho ahí y la tele es la resistencia. Es complicado y soy plenamente consciente.
Háblanos sobre Tony Folledo.
No he tenido todo el tiempo para recrearme como hubiera querido para contar sus historias. Es un friki, estrambótico, no entendido en España. Me ha dado mucha adrenalina el hecho de dar vida a un tipo así. Este hombre huye del franquismo por las tapias del Palacio del Pardo y vuelve años después, cuando está la democracia, con el pie cambiado. Entonces él sigue con sus bromas. Me gusta mucho cuando enfrento mundos o conceptos. Ha sido un reto bonito, tanto es así que hubiera hecho 25 minutos de la vida de Tony Folledo.
¿Y el hombre de la RAE?
Es el Tío de la Vara del lenguaje. ¿Qué pasa con las redes sociales? No estoy en contra, todo lo que vaya de la mano mola. No son malas, depende del uso que hagas, pero estamos enganchados y debería haber granjas en Segovia para desengancharse (risas). Hay parejas cenando en un restaurante y está cada uno en su puñetero mundo. El móvil nos comunica de lejos, pero de cerca nos incomunica por completo. Es absurdo porque queremos coger información de otro sitio, nada es más adictivo que la información, pero te estás perdiendo lo que más vale que es el aquí y el ahora. ¿Somos tontos? El ansia viva de querer controlar todo desde nuestro sillón; abogo por el 1.0, el hombre analógico.
¿Te da miedo que ese mundo lo vayan a vivir tus hijas?
Me da un poco de miedo todo lo que rinde culto a la individualidad por encima de todo, porque nos aisla y no es bueno. Tengo la necesidad de ir a salas de cine porque entiendo que es una comunión social, no hablas con nadie, pero es magia y la película no es completa si no la ven. La gente se necesita la una a la otra, no somos seres vitalmente individuales, sino sociales. Me da miedo esa burbuja que te permite aislarte y en la que tienes todo, es una droga y no te das cuenta. Y está ocurriendo, de manera silencioso.
Tu mujer sigue participando en algún sketch.
Alguna vez viene porque estudió con Cristina Rota, y lo hace cuando le apetece. Si veo algo que le puede interesar, se lo digo y ella decide.
¿Hay que temas que no son adecuados para reirse?
Vaya por delante que no me gustan los prohibidos en nada, ese límite lo debe establecer uno mismo, los tengo establecidos por mí, no por ningún tipo de censura. No me gusta hacer humor donde haya dolor de los demás, esa es una decisión que yo tomo, me gusta sentir que cuando alguien crea un chiste, aunque la primera capa sea maliciosa, después sienta que el mundo es un grano de arena mejor. El humor debe ser un arma de construcción masiva y es lo que yo entiendo. Pero defiendo la libertad personal de cada uno para decir lo que quiera.
Estás trabajando en varios proyectos de ficción. ¿Se trata de una película, serie…?
Series y en un proyecto de una película. Acabo de terminar el guión y es demasiado pronto, ahora hay que presentarla a televisión. Estoy entretenido en eso y estamos preparando una gira de teatro por toda España Florentino Fernandez, Santiago Segura y yo, 'El sentido del humor'.
Te espera un año movidito.
Tengo anhelos y ganas de hacer otras cosas . Allá donde estés, tienes que intentar jugar y pasártelo bien. En nuestros puestos, tienes que divertirte y no estar amargado, hagas lo que hagas. Como te tomes todo demasiado en serio, mal vas. Nadie es para tanto, el bocado del ego nos devora, es el caballo que te lleva como no tengas las riendas. Restémonos importancia y… ¡a divertirse!
