"Se cree lo que baila, lo disfruta y el público lo vive así también", dice Joaquín Cortés, miembro del jurado de Bailando con las estrellas, sobre Pelayo Díaz, uno de los concursantes más votados por la audiencia, gracias a su millón de seguidores en redes sociales. A las dos semanas del cierre de Cámbiame ya defendía su primer foxtrot. "Ese programa ha sido mi master en televisión, pero no soy nostálgico. Me siento feliz en este concurso por lo que tiene de reto, de crecimiento profesional y personal, porque nunca he bailado, carezco de ritmo y coordinación. Cuando me lo propusieron, acepté de inmediato", nos dice el estilista.
"Ya le he tomado el gusto a ensayar; entreno fuerte y sudo la gota gorda". Sigue las pautas de su pareja, experta en latinos, que también idea las coreografías. "Inés Minyana es un lujo de bailarina, pero si pudiera, preferirá a Ricky Martin –bromea–. Buscamos un estilo propio, diferenciarnos del resto, y eso hacemos".
El programa le ha llegado mientras se muda de casa, diseña los uniformes de un grupo hotelero presente en 15 países y prepara la boda con su novio Andy, en septiembre. "He tenido que delegar los preparativos en mi madre y en una wedding planner".
Hijo de constructor y funcionaria, ha heredado de su abuela costurera su pasión por la ropa. Se graduó en la academia de moda londinense Central Saint Martin y sacó su primera colección en 2011. Tras su éxito en redes, saltó a la tele en junio de 2015. "En este medio, lo mejor es ser uno mismo. Aquí bailo con el corazón y con lo que siento. Mejoraré en la técnica, pero nunca dejare de sonreír y pasármelo bien. Y si no gano, al menos aprenderé a crear la coreografía para mi boda".
Aún no sabe si invitará a algún compañero, pero cuenta con Marta Torné (Cámbiame, Velvet Colección) como dama de honor. "¿Qué si le he pedido que me busque un papel en una serie? Me encantaría. Ya hice mis pinitos en El portero, de Gonzalo Suárez. Llevo un actor dentro", concluye.
