Con el cheque de ganadora de Supervivientes en el bolsillo, Sofía Suescun ponía rumbo a su casa para celebrar su victoria en familia y poner orden en su cabeza. Una de las cosas sobre las que tendrá que meditar es su relación con Alejandro Albalá, su pareja antes de entrar en la isla y cuya relación supuestamente está en stand by, aunque a juzgar por las últimas imágenes, parece que la ganadora de Gran Hermano 16 lo tiene más claro.
El ex de Chabelita Pantoja llevó a la navarra a la estación de Atocha para que cogiese el tren. En el aparcamiento, imaginándose que podría haber fotógrafos, ambos se despidieron con un casto beso. Después, Sofía cogió la maleta y, sorteando a los paparazzi, se dirigió al andén. En el camino, ni una palabra sobre Alejandro o sus polémicas declaraciones contra su padre. "Estoy feliz de la vida", confesó. "Tengo muchas ganas de ir a mi casa para ver a mis perros. Haré un directo para que veáis como me reciben", añadió.
Probablemente al que menos ilusión le haga que Sofía vuelva a casa es a Alejandro, ya que sabe que su 'suegra' no le traga. La ganadora de Supervivientes está muy unida a su madre y su opinión pesa mucho a la hora de tomar decisiones. Según ha declarado Sofía, los problemas con el alcohol de su padre, al que acusó de maltratar a su madre, provocaron que ambas tuvieran un vínculo especial que aún mantienen.