Muy a pesar del público español, que desde hace diez años no mostraba tanto interés por Eurovisión, se cumplieron los pronósticos. Más de siete millones vieron como Alfred y Amaia no pasaron del puesto 23, frente a la victoria de Netta, favorita desde hace dos meses, tras una votación de infarto.
El televoto alzó a la primera posición el cloqueo de la israelí en Toy, desplazando al segundo lugar al Fuego de la Beyonçe chipriota, Eleni Foureira, su inesperada rival. Pero la gran sorpresa fue la épica actuación del austriaco César Sampson, que ‘subió a los cielos’ gracias al jurado profesional. Quedó tercero por delante de Alemania e Italia.
Y como cualquer festival que se precie no faltaron los sobresaltos. Y no fue precisamente la pirueta mortal del checo Mikolas Josef, hospitalizado días antes por una caída, sino la irrupción de un espontáneo durante la actuación de Reino Unido. Al grito de “Para los nazis de los medios británicos pedimos libertad”, el rapero Dr ACactivism, ya conocido en su país por interrumpir eventos, arrebató el micrófono a SuRie.
La nota emotiva la puso el país anfitrión, Portugal, con Salvador Sobral, que cantó a dúo el tema ganador de 2017, Amar pelos dois, con el compositor Caetano Veloso, y que hizo más llevadera su decepción al ver cómo Claudia Pascoal e Isaura, quedaban las últimas en la tabla. Pero los lusos lograron su objetivo de vender su historia y cultura a Europa e Israel.
Entre amigos y con los mejores deseos
De los 32 países participantes, solo 12 votaron a España. Portugal le otorgó 12 puntos con el televoto, y Rumanía le dio 10 del jurado. Con 61 en total, solo se colocaron por delante de Reino Unido, Finlandia y el vecino luso.
Entre los famosos que arroparon a Alfred y Amaia en Lisboa vimos a Aitana, tercera finalista de OT; los Javis y Noemí Galera, de la Academia; Roberto Leal, Anne Igartiburu... Alfred, al menos, pudo cumplir su deseo de conocer a Salvador Sobral, quien apoyó al dúo español y dijo que la canción de Israel era “horrible”, y que no creía que el Festival fuera a cambiar.
La naturalidad de Amaia y el éxito de audiencia
“El puesto es un poco mierda, la verdad”, Amaia respondió así cuando le preguntaron por el puesto alcanzado. “Teníamos asumido que nos daba igual cómo quedáramos”, añadió Alfred, contento con la actuación. Ahora ella se tomará unas pequeñas vacaciones y él se volcará con su proyecto 1016, mientras llega la gira OT.
Con casi 7,2 millones de espectadores (43,5 por ciento de share), la edición número 63 de Eurovisión, celebrada en Portugal, fue la más vista de los últimos diez años. La actuación de Alfred y Amaia con Tu canción fue seguida por 6,2 millones, y las votaciones –Nieves Álvarez narró los puntos de España–, por más de 8,1 millones, las más vistas del Festival desde 2008. El minuto de oro fue a las 00.27, casi al final, con 8.756.000 personas (57,9%).
