Los concursantes de GH VIP saben que están siendo seguidos por millones de personas a través de la televisión, internet y redes sociales, pero lo que nunca se podrían imaginar es que están rodeados por un equipo de 45 personas, 80 cámaras y kilómetros de cable como para cubrir la distancia de varias maratones. Para organizar a todo ese equipo está Marta Fernández de Bobadilla, jefa de realización del programa, que admite que “cuadrar a tanta gente para llenar las franjas horarias de toda la semana es difícil pero entretenido. Su mayor complicación es que hay que cubrir no solo los días, sino también sus noches con sus fines de semana”.
Y es que ella llega a la casa la primera. “Mi trabajo empieza con la construcción de la casa y las reuniones con su diseñador. Se construye una casa especial, pensada para que vivan los concursantes de GH junto a todas las cámaras que repartimos en las paredes y soportes y que, además, está atravesada y rodeada por una cruz de cámaras, desde donde damos planos a través de un cristal sin ser vistos. Mi papel es decidir dónde estarán todas esas cámaras y distribuir sus señales en el ‘monitorado’ del control de realización, desde donde vemos los planos que nos ofrecen”, comenta Marta.
Pero… ¿Qué hacen los operadores de cámara y realización cuando los concursantes duermen? “Hay dos habitaciones en la casa, así que la lógica nos pide dividir cada programa en una habitación e ir pinchando las cámaras infrarrojas que vigilan su sueño”, admite la realizadora. Al emitir 24 horas al día reconoce que “resulta imposible no reflejar la realidad tal cual es” y que no se editan las imágenes que ven los espectadores. Imágenes que los concursantes “nunca” ven antes de ser emitidas ya que “están encerrados y no tienen ningún tipo de contacto con el exterior ni ven ningún contenido sucedido en la casa antes de su emisión”.
Al trabajar con tantos medios técnicos, estadística y la Ley de Murphy dicen que, si hay algo que puede fallar, fallará. “El protocolo en un programa en directo es, que si falla una cámara, indudablemente hay que ‘despincharla’, en el caso de que estuviese en emisión, y pinchar otra situada en la acción que no tenga problema”, pero entre los más de 200 metros de cable triax que llevan para las cámaras autónomas, todo puede pasar.
La vida en directo produce numerosas complicaciones para el equipo técnico del programa, “porque no hay guion”, comenta Marta. “Cuento con un equipo que hace muy fácil lo difícil”, añade. “Solo en las galas tenemos acciones programadas como la expulsión, los posicionamientos, la ‘curva de la vida’, algún encuentro, las pruebas... El resto se rige por los devenires de la vida real. Indudablemente, a esto tenemos que unir el hecho de que trabajamos en multicámara para contar la vida de los concursantes dentro de la casa. Para el realizador la coordinación con los compañeros de sonido, de contenidos y con los operadores no es ninguna tontería, pero ahí estamos ¡triunfando y sobre todo disfrutando!”, admite Marta entre risas.
Marta lleva desde 2002 trabajando en Gran Hermano, concretamente desde la tercera edición del programa de Telecinco. “Una edición maravillosa de la que guardo mil recuerdos. Pero no he estado en todos los que se han hecho pero sí en unos catorce más o menos”. Y la anécdota que nunca olvidará de todos estos años fue: “Comerme las uvas en el control de realización mientras lo hacían los concursantes de Gran Hermano 10 y con el resto de compañeros en el turno de Fin de Año. Ellos son mi segunda familia porque aquí pasamos noches, festivos, Navidad, Semana Santa… es muy sacrificado, pero todo se hace a gusto cuando hay tan buen rollo. Soy una afortunada”, concluye.
¿Cómo organiza las cámaras? ¿Se basa en el guión o escaleta de cada gala (martes y jueves), access (lunes) o debate (domingo)?
¡Por supuesto! Aunque los concursantes sean impredecibles, nosotros no. En las galas funcionamos con la escaleta del programa y, conforme a las acciones que se plantean en ella, organizamos los movimientos de cámaras dentro de la cruz. Los operadores de las cámaras autónomas, que son las que están tras el cristal, tienen una reunión previa con realización donde se les plantean todos los movimientos que van a tener durante el programa. Luego ocurre que estos movimientos tan estudiados sufren variaciones en pleno directo según la gala avanza y la escaleta cambia.
