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“Velvet, tal y como lo conocemos, termina el miércoles”. Esa frase tajante de Sonia Martínez, directora de Ficción de Atresmedia, esconde en realidad un mensaje de esperanza para todos los seguidores de la serie que desean que continúe más allá de esta cuarta temporada.
Efectivamente, todas las tramas principales han quedado cerradas tras la emisión del capítulo 54, con varias secuencias en directo previas a la esperadísima boda de Ana (Paula Echevarría) y Alberto (Miguel Ángel Silvestre). Su historia estaba concebida para terminar así, “como un cuento de hadas”, en palabras de Paula Echevarría, pero quizá hay otras vertientes que sí darían más de sí. De ahí que se especule con la posibilidad de un spin off, es decir, que otros personajes asuman el protagonismo y se incorporen nuevos, como ya ha ocurrido en España en series como Aída. “Seguimos en periodo de reflexión, hay que hacer cábalas…”, reconoce Sonia Martínez. A esa reflexión se incorpora la audiencia del último capítulo: 4.302.000 espectadores y un 26,2% de share, un dato estupendo teniendo además en cuenta que competía contra la final de La voz, a la que superó por más de un millón de espectadores.
Para Antena 3 no va a resultar fácil poner en pie otra serie con capacidad para llegar a un público familiar y muy amplio. Analizando sus próximas propuestas, encontramos que La Catedral del Mar sí busca audiencias millonarias pero consta solo de 8 episodios, en principio sin posibilidad de que continúe porque respeta la historia de la novela de Ildefonso Falcones. También está a punto de estrenar Pulsaciones, pero el thriller dirigido por Emilio Aragón va dirigido a un público más nicho que consume series de calidad no es tan mayoritario. Con ese panorama, si las cifras cuadran y parece que lo harán, para la cadena resulta muy tentador mantener el universo Velvet con otra ficción de largo recorrido.
¿Quiénes serían los ‘elegidos’ para servir de puente entre ambas series? Desde el principio se ha apuntado a la pareja formada por Rita (Cecilia Freire) y Pedro (Adrián Lastra), los verdaderos protagonistas del primer tramo de la temporada. El Premio Ondas para Cecilia Freire por este personaje es el claro ejemplo de que el foco está puesto sobre ellos, pero la actriz es quizá la que se muestra más cauta sobre la posible continuación: “Es difícil, porque Velvet termina muy arriba, incluso más de lo que esperaba… Es la serie para la que nos contrataron, así todo lo que venga a partir de ahora… No lo sé. Tendría que plantearse como algo muy diferente, porque lo que no puede ser es que se estire el chicle faltando algunos… En definitiva, lo veo complicado”.
Su compañero, Adrián Lastra, sí parece más receptivo ante la idea: “Podría ser muy interesante hacer un spin off, hay muchas tramas que pueden quedar abiertas, no solo la de Pedro y Rita. También dependerá de los compromisos de cada uno, que podamos coincidir…”.
Pero… ¿Y si la idea es que sí estén todos? En ese caso, tanto por las agendas de los actores como por la frase con la que iniciábamos este reportaje, la posibilidad que cobra peso es la de la película. Es decir, que todos los protagonistas participaran dentro un tiempo aún por determinar en un especial que recuperara el espíritu de Velvet para estrenarse en cine o directamente en televisión.
Fue Teresa Fernández Valdés, productora ejecutiva de Bambú, quien abre esta puerta: ”Me encantaría hacer una película pero no sé si saldrá adelante o no, estamos trabajando en esa posibilidad…”. “Yo también veo la posibilidad de la película, espero que si la hacen cuenten conmigo”, afirma Miguel Ángel Silvestre, a priori el que tiene la agenda más complicada. Incluso apunta a que la trama podría recoger la que ya ha explorado la novela Noches de terciopelo, sobre la vida de Alberto Márquez en Nueva York. Si realmente se quisiera apostar por la continuidad, quizá la mejor opción sería un mix: utilizar una tv movie con todos los personajes para lanzar justo después el spin off con unos pocos elegidos y muchos nuevos.
Vistas todas estas posibilidades, un jarro de agua fría de realismo: también puede ganar mucho peso la opción de que es mejor acabar un proyecto en alto y dejar un buen recuerdo del mismo. A ese respecto, el otro cerebro de Bambú, Ramón Campos, pone un ejemplo claro: “Con Gran Hotel nos quedó un magnífico sabor de boca porque terminó con datos muy buenos y el aplauso del público; sin embargo, no sucedió lo mismo con Hispania, ya que el spin off, Imperium, no funcionó como esperábamos”. Más duro aún fue el fracaso de Gran Reserva: el origen, de ahí que la productora, centrada ahora en Las chicas del cable, Fariña y Tiempos de guerra, de inicio afronte con recelos la posibilidad de estirar uno de sus productos estrella.
