Hachazo del creador de ‘Vikingos’: “Las escenas de sexo en ‘Juego de tronos’ son gratuitas y ridículas”

La cuarta temporada de Vikingos se estrena el próximo miércoles 24 de febrero a las 22.30 h en TNT. Con ese motivo, el canal de pago ha invitado a Madrid a Michael Hirst, creador y único guionista de esta serie y de otros enormes éxitos internacionales como Los Tudor, Los Borgia o Camelot. Hablamos con el showrunner del futuro de los vikingos y también de la recurrente comparación de esta producción con Juego de tronos.

A Juego de Tronos la critican por la violencia y las constantes muertes… Y tú en el primer capítulo de esta cuarta temporada de Vikingos te cargas a dos personajes. ¿Has perdido el miedo a matarlos? ¿Habrá más eventos de este tipo a lo largo de esta entrega?
Cuando los actores leen en el guión que van a morir, vienen siempre pidiendo que no lo matemos, que los dejemos heridos o algo así. Pero hablamos de vikingos, al firmar sus contratos ya saben que va a morir gente. Pero la diferencia con Juego de tronos es que para nosotros las muertes no son un efecto dramático, sino que pensamos mucho en el cómo, el por qué y el cuándo. Porque matar personajes principales son decisiones vitales para la trama. Estamos en la cuarta temporada, son 20 episodios, y vamos a perder a personajes importantes, ya os aviso. Pero también vamos a ganar otros nuevos. Esta serie es la historia de Ragnar y sus hijos: ya los hemos visto crecer, y ahora que son jóvenes van a tener un papel importante.

Las anteriores temporadas tenían 10 capítulos y esta, 20. ¿Cuál ha sido el motivo?
El motivo es técnico. El visionado de las series está cambiando por plataformas de streaming como Amazon Prime o Netflix, la gente ha perdido la paciencia y esperar un año hasta la siguiente temporada ya no funciona. History Channel nos encargaró 20 para empezar a emitir ahora 10, hacer un parón y regresar los otros 10 en agosto o septiembre. Así la gente no debe esperar tanto para ver Vikingos. Y esperamos que en breve nos encarguen la quinta temporada, que también será de 20 episodios y se repetirá la misma estructura por el mismo motivo. Se empezaría a rodar en mayo.

¿Tienes algún final pensado para Vikingos?
Lo tengo clarísimo. Quiero seguir acompañando a los vikingos en sus viajes a otros mundos. En la quinta temporada me encantaría que Bjor viajase al Mediterráneo, que llegue a España, al desierto. Me gustaría llegar a Islandia, incluso Groelandia. El final ideal serían los hijos de Ragnar saliendo desde Groelandia en barco y, cuando estén muertos de hambre y sed, que aparezca un paisaje verde lleno de árboles con un letrero que dijera “América”. Y que se acabe ahí.

¿En qué medida te condicionan los hechos históricos en los que están basados los personajes?
En primer lugar, no escribo un documental, sino una serie dramática. Y se basa en la Edad Media, una época de la que no tenemos mucha información, y además los vikingos no tenían la costumbre de dejar las cosas por escrito. Durante muchos años ha habido un debate a nivel académico sobre si Ragnar existió de verdad o es una figura de leyenda. Hay un cierto consenso en que sí existió, pero no sobre qué fue de él. Nos basamos en la historia y los datos que tenemos y trabajamos con un asesor histórico. Le informo sobre las tramas que vamos a desarrollar para que me diga si podría haber sucedido o no. Lo que más me importa es que la historia me resulte auténtica. Una prueba de que Vikingos cumple eso es que tiene una gran aceptación en los países escandinavos. Un catedrático sueco de Harvard me dijo que era la primera serie que tratraba la cultura escandinava con seriedad, respeto e inteligencia.

Históricamente Bjor, el hijo de Ragnar, consigue llegar a España en su viaje por el Mediterráneo. ¿Llegará la serie hasta aquí?
Si, Bjor decide realizar un viaje hacia el Mediterráneo y va a llegar a España, sí. Va a ser muy interesante.

¿Has autocensurado algo de la cultura vikinga porque pudiera parecer excesivo?
Tenía muy claro que no quería escenas gratuitas. Por ejemplo, en Juego de Tronos las escenas de sexo son tan gratuitas que resultan ridículas. Pero en la cultura vikinga la violencia es una parte fundamental y era importante mostrarlo. No me interesaba que la sangre saltara a la pantalla como pasa en algunas películas. Pero hay cierta violencia que sí tenemos que mostrar, porque los personajes deben expresar ese carácter vikingo. Algunas escenas son fuertes. En un visionado, una mujer se levantó espantada por lo que estaba viendo. Le dije que tenía razón, que era una escena horrible, pero era así la realidad.

Has escrito series como Los Tudor, Camelot, Los Borgia… ¿Qué otro periodo histórico quieres abordar?
Lo que a mí me interesa de todas estas historias es unir el pasado con el presente. Hay dramas de la BBC en los que los personajes son muy diferentes a nosotros en su forma de vestir, de conformarse, sus problemas… Es casi como si se hubieran escapado de un museo, son muertos vivientes. Ante una serie Los Tudor me planteé: ¿qué conexión tiene para el público de este siglo? Al final es la historia de un chaval que hereda la empresa de su padre, está casado con una mujer mayor, conoce a otra más joven y quiere estar con ella. Es una historia muy real y con la que podemos sentirnos identificados. Con Vikingos pasa lo mismo: en el primer episodio había peleas y muertes porque es lo que esperas, pero en el segundo ya vemos el punto de vista de familiar porque, sorpresa, para los vikingos la familia importaba mucho.

Uno de los puntos característicos de Vikingos es el ritmo frenético de los capítulos. ¿Cómo lo haces desde el guión?
Tiene que ver con el modo que empecé en el negocio. Yo estaba enfocado a una vida académica, pero en los años 60 y 70 conocí al director Nicolas Roeg, que tenía una técnica de montaje extraordinaria. Leyó una historia breve que había escrito y me pidió que trabajara con él como guionista. Me pidió que viera películas como El ángel exterminador de Buñuel, y le escribí unas escenas. Yo estaba muy influenciado por Henry Miller y escribí una escena de dos hombres en una habitación con diálogos muy intensos. Pensaba que era genial. Él lo miró y tiró las hojas por la ventana. Me dijo que tenía que sorprenderle. Ahora, cada vez que escribo una escena, tengo a Nicolas Roeg en mi mente diciéndome que le sorprenda.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un guionista?
El más difícil de escribir siempre es el episodio piloto. Una vez avanzas en las temporadas, un guionista inteligente debe saber dejar siempre pequeños flecos para que el público quiera saber qué pasa y tenga curiosidad por verlo. En esta cuarta entrega dejamos pendiente el estado de salud de Ragnar y la situación de Rollo en Francia. Pero al mismo tiempo no puedes centrarte en esos flecos, sino que debes escrir escenas que den paso a nuevas historias.

Has escrito personalmente todos los capítulos de la serie. ¿Vas a continuar haciéndolo?
Si sigo vivo después de esta temporada sí que me gustaría seguir siendo el único guionista, porque es un proyecto muy personal y cualquier otro que entrara ahora no lo tendría fácil. La serie tiene un ritmo propio, que es el mío personal, la trama y la historia trata los temas que a mí me preocupan y con referencias de cosas que a mí me gustan. Hay mucha influencia de los Beatles, por ejemplo. Y no me puedo imaginar lo que sería liderar un equipo de guionistas. Una habitación con diez guionistas como yo es una idea que me horroriza.