‘The Crown’: 8 razones para reverenciar la serie de Netflix sobre Isabel II

Cuando Helen Mirren hablaba de su magistral creación de Isabel II en la película The Queen y en la obra de teatro The Audience, expresaba: “Formar parte de la realeza es como ser una extraterrestre. Su mundo supera nuestra capacidad de comprensión: por dentro son seres humanos, con defectos, inseguros y vulnerables, pero por fuera paran el tráfico y bloquean el mundo”.

Esta fusión entre la vida pública y la privada de la monarquía británica ha sido siempre objetivo de Peter Morgan, guionista de ambas, nominado al Oscar por el filme y que cierra la regia trilogía sobre la soberana más longeva con The Crown, la serie de Netflix que ha triunfado en los Globos de Oro: se ha llevado la estatuilla como Mejor Serie en la categoría de drama por delante de Juego de tronos y también el de Mejor Actriz para su exquisita protagonista, Claire Foy.

La mujer que alcanzó la mayoría de edad en plena Segunda Guerra Mundial, que afrontó los desafíos de la descolonización británica, los conflictos en Sudáfrica e Irlanda, la guerra de las Malvinas y la trágica muerte de Lady Di, entre otros momentos difíciles, fue una joven tímida que se vio desbordada al asumir el trono del Reino Unido y la Commonwealth el 6 de febrero de 1952 cuando en un viaje a Kenia le comunican la muerte de su padre, Jorge VI, aquel que superó su aversión a los discursos.
Enamorada del mismo hombre desde los 13 años, Felipe Mountbatten (Matt Smith), Elizabeth Alexandra Mary (Claire Foy) siempre ha actuado con una cualidad muy apreciada en el mundo del poder: la discreción. En sus 64 años de reinado jamás ha dicho una palabra de más… Ni de menos. Incluso calificó a Diana de Gales, con la que nunca había congeniado, de “ser humano excepcional”. Tarde, pero lo hizo. Porque por encima de todo, como dijo Tony Blair, es una superviviente.

“Si hacemos esta producción, tiene que ser lo mejor posible, porque sin estos vestidos no podríamos contar las demás historias ni adentrarnos en las vidas 
de los protagonistas”, ha aclarado Michele Clapton, diseñadora del vestuario de The Crown y ganadora 
de tres premios Emmy por el de Juego de tronos. 
Para la serie de Netflix, creó 350 trajes principales 
y 700 secundarios, elaborados por un equipo 
de 40 personas, que prestó especial atención 
a las réplicas de los originales, como el vestido de novia que llevó Isabel II en su boda o el de coronación. Para confirmar esta dedicación, Clapton ha mostrado los vestidos de la reina y de su hermana Margarita 
en un salón del Palacio de Buckingham.

Hay actrices que parecen destinadas a un personaje concreto. Si Isabel de Inglaterra siempre estará ligada a Helen Mirren desde The Queen, su versión más joven será recordada gracias a Claire Foy, no solo por sus rasgos físicos, sino por su capacidad de mimetizarse con su Graciosa Majestad en la superproducción The Crown.

Aunque desconocida fuera del Reino Unido, Claire Foy es uno de los rostros habituales de la televisión inglesa. Estudió teatro y cine en la Universidad de Liverpool John Moores con el propósito de convertirse en directora de fotografía hasta que uno de sus profesores la animó a presentarse a castings. “Estaba asustada por cómo sería ese mundo. Soy muy tímida y la fama se presentaba como algo horrible por lo que había visto en televisión”, recuerda la actriz sobre sus inicios.

Su primer papel, en la serie Being Human, lo consiguió cuando un director de casting la vio en las clases. “No me parece un mérito, estuve en el lugar correcto en el momento adecuado”.