Irreverente y sin tapujos, Girls ya ha pasado a la historia como la serie de culto que ha marcado a una generación. Lena Dunham, su creadora y protagonista, nos cuenta cómo se ha despedido del proyecto que le ha cambiado la vida.
Empezaste con Girls cuando tenías 24 años. ¿Qué tal te ha sentado decir adiós a Hannah?
Es imposible que no duela. Ha sido mi vida, mis amigos, mi identidad… Siento como si dejara la universidad y me estuviera divorciando al mismo tiempo (risas). Cumplí 30 justo el último día de grabación, así que ha sido todo muy simbólico. Además, creo que la serie trata precisamente de lo agotadora que es la veintena.
Pero algo de alivio habrás sentido también…
La carga de trabajo ha sido brutal así que sí, algo de eso ha habido… Echaré de menos todo: el dormir poco, estar constantemente estresada… He destrozado mi cuerpo haciendo esta serie. Me recuperaré, que solo tengo 30 años (risas).
Con Trump recién llegado a la Casa Blanca. ¿Sería posible escribir Girls hoy en día?
No creo. De hecho, me asustaría. Si hablas con la gente de color, los transexuales o los inmigrantes, te dirán que este es el sistema que ha definido sus vidas. Donald Trump no es algo nuevo. Muchos americanos llevan años viviendo así.
¿Qué has aprendido de Hannah?
La manera en que se defiende. De verdad que la envidio y ojalá yo sea capaz de mantener eso.
¿Y algo que vayas a echar de menos de ella?
Lo mal que le quedan los jerseys (risas). Y la manera en que mira a la gente, con esos ojos tan abiertos. Ha sido un personaje divertidísimo para interpretar.
¿Tu secuencia favorita?
Ha habido muchísimas. En general me encanta cuando vemos a Hannah fuera de su ambiente, como pez fuera del agua. Recuerdo cuando volvió a su casa familiar de Michigan, cuando se tiró a un farmacéutico o, ya en esta temporada, su viaje al campamento de sur en Montauk.
Esta temporada habéis contado con los cameos de Riz Ahmed, Matthew Rhys… ¿Por qué les elegiste a ellos?
Pues Riz me parece un actor bestial y le llamamos justo antes de que se convirtiera en un bombazo. De hecho, su episodio se grabó el último aunque se ha emitido el primero. Fue una maravilla pasar cinco días con él en la playa. Y el capítulo de Matthew Rhys es brutal. Está feo que lo diga porque lo escribí yo. Pero estoy muy orgullosa de ese capítulo. Él es un tipo alucinante. Todos los actors quieren salir guapísimos y Matthew es el único al que le he oído decir: ‘Por favor, quiero parecer más calvo’.
Eres muy activa en las redes sociales y tus posts generan siempre mucha controversia…
Sí. La cosa se ha vuelto un poco psicótica. Yo he conocido a mis mejores amigos a través de Twitter. Pero es verdad que eso fue antes de 2008, cuando todavía no era conocida y simplemente contactaba con gente que me interesaba a través de las redes. Ahora se ha desmadrado todo con el tema de los haters que, además, trasciende a las redes. Hace poco alguien me dejó una nota en mi caravana que decía: ‘Escribo mucho mejor que tú’.
También se comentó mucho la portada de Glamour en la que tus fotos no fueron retocadas.
Eso fue importantísimo para mí y tuvo mucho impacto en mi autoestima. Fue la primera vez que colgué fotos mías porque fue la primera vez que me he sentido yo misma y me he reconocido.
