En julio de 2016, Alton Sterling, un ciudadano negro de 37 años que estaba desarmado, recibió varios tiros en un altercado con dos policías blancos en Luisana (EE.UU.). No fue un caso aislado, sino uno de los muchos episodios cargados de tensión racial que han llevado a los productores Gina Prince y Reggie Rock a crear Fuego abierto, una serie de diez episodios sobre la implicación que el racismo puede llegar a tener en una investigación policial.

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En la ficción, los guionistas quisieron darle la vuelta a la historia. Una pequeña ciudad de Carolina del Norte, habitada en su mayoría con población de color, entra en el caos cuando Joshua Beck (Tristan Mack), un agente de policía afroamericano, mata a un estudiante blanco durante una detención. El joven policía no recibe la ayuda de sus compañeros, todos blancos, y el hecho de que el caso lo lleven la investigadora Ashe Akino (Sanaa Lathan) y el fiscal Preston Terry (Stephan James), también negros, aviva las críticas de la opinión pública. “Cuando me enteré de que la historia iba a ser tan actual, acepté el papel enseguida”, confiesa la ganadora del Oscar Helen Hunt (Mejor… Imposible), que se pone en la piel de Patricia Eamon, la gobernadora del Estado que quiere que el caso se cierre cuanto antes por la proximidad de las elecciones. “Ya que tratábamos una historia como esta, quisimos ser ejemplares en todo lo demás. La mitad de los directores son de raza negra y el resto son mujeres”, desvela la actriz, orgullosa de la diversidad que hay en el equipo. “Nunca he trabajado en una producción con tanta gente de color. Cuando he vuelto a Hollywood me he quedado horrorizada al comprobar que en las producciones más ambiciosas y conocidas, todo el equipo técnico es blanco”.

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La serie, de una única temporada, ha sido muy bien recibida por la crítica, comparándola con producciones tan prestigiosas como American Crime o The Wire. “La grabación ha sido una de las más duras de mi carrera”, reconoce la protagonista, ya que durante el rodaje en Charlotte, se produjeron los disturbios raciales en los que la policía mató a un varón negro, y cuando se desplazaron hasta Nueva York, ocurrió un hecho similar. “Es la ficción más real de la tele. Esto es América”, revela Richard Dreyfuss (Tiburón), que interpreta a Arlex Cox, el dueño de la prisión de la ciudad. “Esto es América”.