Tristán Ulloa, rodeado de narcos en 'Fariña'

Fariña es uno de los fenómenos de la temporada.
Cuando leí los guiones, dije "esto no es lo normal, con este tipo de guiones, con estos diálogos, tocando este tipo de temas, y en abierto…". No las tenía todas conmigo, pero luego se precipitó todo, emitimos antes de lo previsto y todo genial. En Galicia hay grandísimos actores y la calidad de esta serie se debe en gran medida a ellos.

¿Qué te han parecido las detenciones de Oubiña y de Miñanco (fueron antes del estreno)?
Intento mantener cierta prudencia con esos temas, es cierto que nos han puesto de actualidad, pero no sé si son buenas o grandes noticias. Creo que tampoco podemos caer en frivolidades. Por encima de la serie hay una realidad que se ha vivido durante mucho tiempo en Galicia y que se sigue viviendo, hay muchas familias afectadas por el narcotráfico y solo queremos reflejar todo eso de manera respetuosa y creíble.

Te sientes gallego aunque naciste en Francia, ¿no?
Viví mi adolescencia en Vigo, y además, mi familia por parte de padre son de una aldea de Lugo. Crecí allí en los ochenta y vi todos esos trapicheos, nos encontrábamos de todo en la playa, pues se traficaba con droga y otras cosas.

En los próximos capítulos de Fariña tu personaje estrecha el cerco sobre los narcos.
Sí, pero también es muy interesante la evolución emocional y física de Darío, mi personaje. Un tipo que se juega su salud por hacer cumplir la ley. Me gusta trabajar esa degeneración en mis papeles. Luego es un tipo tan gallego, tanto en su forma de hablar como de entender la cosas, todo tan descreído. Ha sido una maravilla intepretarlo.

Charlaste con Emilio León, el policía real en el que está inspirado Darío.
Es un referente, pero Darío al final es una metáfora de toda esa gente que luchó contra el contrabando de tabaco primero y el tráfico de drogas después. Era una época en la que poco se podía hacer, porque muchísima gente vivía de ese 'negocio'. El contrabando no estaba mal visto. Pero el tema de la droga lo cambió todo, pues toda una generación quedó marcada y masacrada por la heroína y la cocaína.

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Algunas de esas familias de narcos aún tienen poder…
Sí, todavía hoy, Manuel Charlín se presenta como un hombre sencillo y campechano que no sabía nada de todo aquello. En fin…

¿Charlaste con Nacho Carretero, el autor del libro que adapta la serie?
Sí, lo conocimos antes de rodar, vino a vernos a la grabación y es un tipo impecable, educado y prudente. Da gusto escucharlo y respeta a todo el mundo.

¿Te gustaría una segunda temporada?
Claro, pero no sé si se va a hacer… Hasta ahora hemos hecho un buenísimo trabajo y la historia creo que merece más cancha. ¡Ojalá!

¿Cada cuánto sueles ir a Galicia?
Intento ir cada año. Mis hijos son medio gallegos y medio argentinos.

¿Qué haces en Snatch?
Soy el villano de la temporada, me paso al otro lado, un alcalde corrupto en la Costa del Sol. Lleva gafas oscuras, imagínate.

¿Narcos te ha abierto muchas puertas?
Sí, pero curiosamente solo salí en una escena, aunque estaban previstas más.

Y en breve te veremos en La catedral del Mar, de Antena 3, y que se verá también en Netflix.
También espero que Fariña se vea en otras partes del mundo. Lo de Narcos me supo a poco, así que espero que lo próximo tenga recorrido.

¿Piensas retomar tu faceta más creativa, como director de obras de teatro, cortos…?
Incluso he dirigido una película, Pero como productor y director me he quemado mucho y más en España, donde no se nos facillitan las cosas precisamente…

¿Tienes más proyectos?
Tengo un proyecto de serie escrito por mi hermano, que estamos intentando sacar adelante. Si no podemos aquí, probaremos en México o Argentina. Una ficción escrita con mucho riesgo.

¿A tus hijos les llama la atención tu oficio?
Mi hijo mayor me dejó caer el otro día que le gustaría intentarlo, pero lo que quiero es que sean felices elijan lo que elijan. Me preocupa el futuro de nuestros jóvenes…