Dicen que has competido con tu hermano Yon González para protagonizar La catedral del mar. ¿Es cierto?
No ha habido competición. El papel se lo habían dado a él, pero no pudo porque tenía otros compromisos y entonces me presenté al casting y me eligieron. Pero nunca competimos ni la decisión del director fue éste o éste otro, pero se lo agradezco a mi hermano (risas).

¿Qué te ha seducido de tu personaje, Arnau?
Es un regalo porque él es un tipo necesario entonces y ahora, con los tiempos que corren. Un hombre que pelea por y para el pueblo, que en esa época está sometido al antojo de cuatro gerifaltes. Imagínate que te casas y el señor feudal tiene derecho de pernada, o sea, que se acuesta con tu mujer el mismo día de la boda. Eso es lo que le ocurre a mi madre y mi padre, Daniel Grao, se desespera y desaparece del mapa conmigo; yo no aparezco hasta el tercer capítulo, ya mayor.

¿Te habías leído el libro de Falcones?
No. Me lo leí antes de empezar a rodar la serie. Y cuando rodamos en la catedral del mar que es Santa María del Mar, la sensación fue increíble. Impresiona saber cómo se ha construido, piedra a piedra…

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¿Impone ser el protagonista de una historia que han leído más de seis millones de personas?
Claro que sí. Igual que me paso cuando hice Alastriste, otra novela que ha leído mucha gente y las expectativas son altas. Es una responsabilidad que pesa. De todas formas, no espero nada, más allá de disfrutar de cada día, porque el resultado puede ser más dulce o más amargo, depende de cómo la programen.

¿Crees que la serie puede gustar tanto a los que han leído el libro como a los que no?
No lo sé, pero está muy bien rodada. Hay unos medios, un vestuario, unos actores… está todo bien. Siempre habrá alguien que se decepcione pero en este caso espero que no, está a la altura. Han sido cuatro meses de rodaje y a un ritmo muy intenso.

Esta serie se ha comparado con Juego de tronos. ¿Es realmente comparable?
Sí, igualita (risas). Nosotros hemos rodado cada batalla en dos días y en la serie americana tardan casi un mes. Y con lo que cobra un actor allí vive todo el equipo aquí. Igualita….Sí que es una producción con más presupuesto que una serie normal, pero a la hora de rodar La catedral del mar no se diferencia de ninguna otra serie. Al contrario, respecto a tiempo de rodaje hemos ido bastante apretados.

Tu personaje lucha denodadamente por sus ideas y contra el yugo de la nobleza.
Arnau es un hombre que a lo largo de su vida conocerá la pobreza, el trabajo duro y el dolor hasta llegar a convertirse en un hombre muy rico e influyente. Su sentido de la justicia le llevará a enfrentarse a los nobles por lo que acabará juzgado por la Inquisición. Es un salvador, un tío con un código ético, honesto y con muchos valores.

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¿Por qué luchas tú?
Por lo mismo que él porque en realidad la sociedad ha cambiado poco. En muchos aspectos estamos ahora igual de sometidos que antes. Con la crisis vemos que el pueblo llano cada vez pierde los pocos privilegios que tenía, cada vez está más sometido y cada vez es más complicado levantar cabeza. ¿Dónde va hoy una familia con mil y pico euros? ¡Con lo que supone tener un hijo!

¿Al mundo artístico os haría falta un Arnau?
¡Por supuesto! Un Arnau que nos uniera a todos, que es lo que hace falta en esta profesión.

A lo mejor eres tú el que se convierte en líder….
Hacer bandera hoy en día, más allá del ámbito personal, supone empeorar todavía más tu situación a la hora de encontrar trabajo. No se trata de buscar héroes sino de unirse y solucionar los problemas entre todos. Desgraciadamente estamos todos dormidos, pero lo importante es no rendirse nunca, no perder la ilusión

¿Has necesitado hacer alguna tanda de ejercicios para ponerte en forma? Arnau es un hombre fornido que se pasa la vida levantando piedras.
Pero yo soy delgado y cuando tengo trabajo y nervios adelgazo todavía más.

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¿Te han quedado secuelas del accidente de moto que sufriste hace unos años?
He tenido cositas como por ejemplo, cuando hice Alatriste tenía dificultad para empuñar la espada, pero estoy recuperado.

Has continuado tu papel de actor en Velvet Collección…
Sí, he participado en dos capítulos de la temporada en Movistar+. Mi personaje ha sido de transición porque Asier (Etxeandía) se había enamorado de mí, pero….(risas).

Hablando de amores, tienes fama de conquistador…
Pues hace un montón de años que estoy sin novia. ¡Son habladurías! No salgo mucho, así que es difícil encontrar a alguien con quien entenderme. De todas formas, antes o después sí te digo que me gustaría ser padre, pero de momento, lo mejor es vivir el día a día.

En La catedral del mar has vuelto a coincidir con Michelle Jenner, con la que ya trabajaste en Los hombres de Paco.
Michelle es un ángel y una profesional como la copa de un pino. La quiero mucho y además nos reímos mucho juntos. En la serie hace el papel de Mar, una niña que se queda huérfana con apenas once años después de que la peste se llevara a sus padres. Y al final se convierte en su pareja y le dará una familia.

Con Asier Etxeandia e Imanol Arias has rodado también una película.
Sí. Se titula Sordos y es la adaptación de un comic al cine. Asier es el protagonista, que es sordo y yo soy el que lo persigue. Allí hago de malo, malísimo y al pobre Imanol lo tengo sometido (risas).

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Dentro de dos meses se estrena otra de tus películas, El aviso.
Está dirigida por Daniel Calparsoro (que dirigió Invasión o Combustión) y es un thriller trepidante, de misterio y suspense. Raúl Arévalo, Belén Cuesta y Aura Garrido están estupendos. Y Hugo, el niño de Aura en la película, es un pedazo de artista. Yo hago un pequeño papel.

¿De qué va?
Nico (Hugo Arbués), un niño de diez años que recibe una carta con una amenaza de muerte pero nadie le cree. Jon (Raúl Arévalo) es un joven obsesionado con los números que investiga una serie de muertes ocurridas a lo largo de los años en el mismo. Descifrar esa secuencia es lo único que puede salvar al niño.

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