¿El Comandante siente remordimiento por sus decisiones en Gilead?
En cierta manera sí. Su obligación es corregir la moral y el decaimiento del mundo que le rodea. Quiere poner una brújula y es consciente de que los sacrificios serán dolorosos. Para él es un dilema, pero asume los daños colaterales. Eso le hace muy humano. Es oscuro, espeluznante, complicado… pero en su mente, todo es por mejorar la humanidad. Y eso me encanta de él. Está en un punto donde no hay marcha atrás.
¿Imaginabas que la serie tendría tanto éxito?
Para nada. Sabía que estaba en una compañía con un equipo con mucho talento y que eso, unido a la brillante narración de libro, daría como fruto una buena serie, pero es que la respuesta está siendo increíble. Tanto éxito ha sido una sorpresa. El libro de Margaret Atwood lo leí y pensé que sería difícil adaptarlo a la televisión, ya que está narrado en primera persona, pero Offred ha conectado genial con la audiencia. En la novela hay momentos maravillosos sobre sus pensamientos y en la serie hay un cierto malabarismo con eso, pero guarda muy bien el equilibrio. Bruce, los guioniestas, Lizzie… son todos unos genios.
La serie ayuda a plantearse debates sobre el mundo en que vivimos.
Como el libro se escribió más de 30 años atrás, siempre ha tenido ese poder. Es una pieza literaria extraordinaria sobre el feminismo y la tele le ha dado una repercusión enorme. Converge muy bien en el clima político actual porque hay muchos paralelismos.
¿Cómo te metes en la mente del Comandante?
Estoy bastante sacudido por todo lo que tienen que hacer sí. Es aborrecible, brutal, pero está en el libro y es una de las claves de la historia. Es un tipo en un conflicto constante, ya que el poder corrompe. Es un depredador patriarcal.
En la serie tienen mucho peso las mujeres y en la sociedad cada vez más. ¿Cómo ves tú eso?
Pues me encanta. Tengo dos hermanas qeu son directoras, de documentales y cine. Mi madre era escritora y pintora, así que desde niño he estado rodeado de mujeres dinámicas y apasionadas del arte. Lo que está pasando es lo justo y lo correcto, pero queda mucho por recorrer.
La edad de tu personaje es distinta a la del libro.
En esta segunda tanda el tema de la maternidad tiene mucho peso y que mi personaje se estéril le frustra bastante y añade complejidad a su psicología. Tener edad para poder fecundar y no lograrlo es duro…
El amor y afecto del Comandante sobre Serena es…
Algo muy tierno. Aunque es alguien brutal y que necesita ayuda, que la muestre afecto es emocionante. En los nuevos capítulos su unión es más fuerte. Gilead y lo que representa ha tomado poder y voz, y él siento un poder de invencibilidad total, así que no va a renunciar a ella.
Mientras que es fácil empatizar con las mujeres de la serie, ¿con tu personaje es posible?
Pues no (risas). Por eso, mi trabajo es intentar crear esa conexión con el público. Hacerlo humano y que se pueda empatizar con él de alguna manera.
¿Te diviertes trabajando?
Hay que estar muy concentrado, pero sí lo disfruto. Y fuera de cámaras todo el equipo nos llevamos genial.
