Hasta junio, Cecilia Freire habitará en una escuela de señoritas sevillana de 1920, donde ocurre La otra mirada, historia 'feminista', de los creadores de la serie que la dio a conocer en 2010, Física o Química.

¿Qué te atrajo de ella?
Que aunque ya había hecho de época y de profesora, este personaje tenía un conflicto muy potente, y más en los años 20. Eso me exige ser minimalista en la expresión, para crear misterio en el público, lo que no había trabajado antes.

Ángela duda de su sexualidad. ¡Y tiene cinco hijos!
Sí, y no sé cómo lo hacían aquellas mujeres que llevaban el peso del hogar sobre sus hombros.

Trama femenina. ¿Feliz?
Sí, pero hace falta más visibilidad: guionistas, directoras, cámaras, montadoras, eléctricas...

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Las jóvenes de la serie os toman como referentes.
Y yo a Ana Wagener, pues siempre siento que estoy empezando. En cada personaje intento olvidar lo aprendido y seguir equivocándome. Ángela la preparé con un couch.

Fuiste madre hace un año. ¿Tenías ganas de volver?
Sí, el trabajo me enamora, y forma parte de mí. Lo mío es vocacional.

Si volvieras a dirigir teatro, ¿qué abordarías?
Cosas que me preocupan: Siria o el ‘todo vale’ en redes sociales con tal de tener 'me gusta'...

No estás en redes sociales
No; lo importante son los personajes, no yo. Quiero que la gente conozca solo mi vida imaginaria.

Circula tu foto con Marta Hazas y Paula Echevarría.
Sí, seguimos en contacto, nos queremos de verdad. Somos diferentes pero compartimos sentido del humor. ¡Ojalá el oficio nos vuelva a juntar.