Jaime Lorente interpreta a Nano:
Háblanos de tu personaje.
El mío se llama Nano y es el hemano mayor de Samuel (Itzan Escamilla), el mejor amigo de Christian. Empieza saliendo de la cárcel y regresa a casa para recuperar el tiempo perdido, pero se encuentra con Marina. En ella encuentra una solución económica rápida hasta que pasa lo inevitable, que es que se enamora de ella perdidamente. Es un tío que ha crecido más rápido de lo que debería y que lo ha pasado peor de lo que tenía que ser, pero que conoce la felicidad a través de ella. Es una lucha entre lo que debe hacer y lo que quiere hacer.
¿Veías series de temática juvenil cuando eras más joven?
Sinceramente no, nunca he sido seguidor de series juveniles al uso, sobre todo porque nunca me he sentido muy identificado con ellas o con la forma que tenían de representarlos a nosotros, cuando yo tenía la edad. Cuando me llegó el proyecto, que te llega primero como en forma de Biblia con pinceladas, lo primero que ves es que es un instituto con gente joven… Dije cuidado, porque si vamos a hacer algo que se ha hecho ya, me daba miedo, sobre todo porque a nivel artístico no voy a sentirme compensado, no me emociona. Pero me llegaron dos separatas y cuando vi que se trataba de otra cosa, dije me meto de cabeza. Hice la prueba deseando que me cogieran y recuerdo perfectamente la primera lectura de guion que hicimos que pensé “Wow, estamos contando esto de verdad”.
¿Qué te atrajo exactamente?
El reflejo de la realidad que te da la serie. Salgo de ella entendiendo a mi hermano pequeño. Ahora lo entiendo, antes no. Empatizo con los problemas de la gente joven y antes no lo hacía. Veo que esto está pasando de verdad y que esta gente se merece que se le escuche. A mí eso me pareció un punto. Es algo que hacía falta, una serie así tan realista. Hemos tenido mucha lucha con todas las comparaciones pero es mejor esperar a que la gente vea la serie y ya comparen porque yo sinceramente creo que no tiene mucho que ver con otras.
¿Cómo te sientes cuando descubres que eres un falso culpable?
El personaje en sí al principio me daba miedo, porque comparte algo con el que hice en La casa de papel, el rango social, vienen los dos de un mundo parecido. Y no quería hacer lo mismo, sino algo distinto. Ojalá que lo haya conseguido. Entendí rápido que se enamore de Marina y que lo hagan culpable, con esta cara que me ha dado el señor (se ríe). Tenía todas las papeletas, pero por eso nada más empezar yo ya sabía que no iba a ser. Sería demasiado obvio. Al final Nano es un trozo de pan. Yo no lo he juzgado en ningún momento. He entendido que haya pasado su vida así. Y a mí me gusta hacer personajes de ese estilo. Los disfruto.
¿Te ves más en ese rol que en el de los niños bien?
Lo disfruto todo la verdad. María y yo venimos ahora de hacer una peli, y ahí salgo feliz también porque el personaje es absoltuamente todo lo contrario a estos macarras. Pero cuando a uno le ponen la chupa de cuero, en seguida se mete en el rol.
También en la película Todos lo saben eres ese tipo de personaje…
Sí, y en La sombra de la ley soy otro de ese estilo. Bueno, tengo cara de eso.
Venías de La casa de papel… ¿no descansaste nada?
Salí de Netflix para volver a Netflix. Sin descanso y tampoco lo necesitaba. Me gusta mucho el oficio y estar en la cresta, y me dejan hacerlo, así que genial.
¿Crees que la serie puede echar para atrás a ciertas edades para verla?
Sí, va a pasar seguro, pero ellos se lo pierden y creo que son los que más necesitan ver la serie. Pero estoy seguro de que va a pasar porque es una tendencia de aquí el criticar antes de ver. Ojalá que funcione la serie y que cale en los huecos que hay que rellenar de una vez por todas.
¿Esperas un éxito como el de La casa de papel?
Sí, confío mucho en su éxito porque creo que se está haciendo algo que hacía falta. Confío y deseo que vaya bien. Creo que sí.
Después de haber subido tanto siendo tan joven, ¿cómo te planteas el futuro?
Mi objetivo fundamental es hacer cosas que me emocionen, arriba o no tan arriba pero que me emocionen.
¿Te parece más interesante algo que no sea tan bombazo y que a veces hace perder el norte y que puede tener más interés actoral?
Creo que en esta profesión ambas cosas son importantes y necesarias. Si se vive la magia de un bombazo que te regala muchas cosas, vivir en esa burbuja tan mágica, también te permite hacer otros proyectos que a lo mejor personalmente te toquen más. Lo chulo es que se junten ambas cosas. Yo creo que a mí tanto en La casa de papel como en Elite se me han juntado ambas cosas. Ha sido un boom de repente pero además yo estaba emocionado, sintiendo que entregaba parte de mí y vivía experiencias muy bonitas. Recuerdo en el festival de Tudela, se me acercó un chico por la noche y me dice emocionado “tío, lo que hiciste con Denver me ha salvado la vida”. Me contó que estaba con su chica, su madre se había suicidado y él estaba metido en la droga, y su chica le dijo que tenía que ver La casa de papel, que había un personaje que era él. Y es que el chaval se reía como yo. Ahí me di cuenta de que mucha magia, muchas luces… pero que mi profesión cobra sentido en el momento en que este chico viene, me para en la calle y me dice eso. Y en este caso a mí se me han juntado ambas cosas.
¿Te verías en una serie de muchos capítulos, como es habitual en algún tipo de producciones, a diferencia de las de Netflix que son de menos?
Yo no me vería en una serie muy larga, la verdad, hombre mientras haya comida en la mesa, porque al final no deja de ser un trabajo.
¿Netflix está siendo una buena oportunidad para los actores?
Para mí lo bueno es que Netflix no supedita el talento a la imagen. Por eso, de repente cogen un reparto de caras no conocidas y hace una serie con todos ellos. Creo que es algo que hacía falta también.
Miguel Herrán es Christian:
Háblanos de tu personaje…
Es Christian, que viene de la parte pobre, dentro de esa lucha de clases que vemos en Élite. Entra nuevo en el colegio de Las Encinas, donde está la élite española y se ve rodeado de todo este lujo, del poder de esta gente y se impregna de ello y lo quiere conseguir para él. Quiere una vida así. Entra siendo un chulo, un flipado, un chaval destartalado y a medida que va impregnándose de todo esto va dejando su parte bondadosa para verse inmerso en poder entrar en toda esta élite.
Tu personaje es de los tres que entran en el colegio el que más intenta hacerse con el ambiente desde el principio…
Yo creo que se integra por sus cojones, con perdón. Que no me quieren aquí, pues aquí estoy y voy a dar la nota y me van a ver y me van a querer.
¿Cómo evoluciona Christian?
A medida que va surgiendo la trama va perdiendo la bondad con la que entró a Las Encinas.
¿Cómo estás viviendo las expectativas de éxito de Élite después de La casa de papel?
Lo vivo. Pero estoy convencido de que Élite tiene todos los ingredientes para petarlo sobre todo entre los más jóvenes, que al final son los más invasivos como fans, porque un adulto suele ser más controlado. Creo que nos vamos a cagar, literalmente. Creo que va a ser un despropósito de lluvia de fans y de locura. Por un lado mola, pero por otro es cierto que te cambia la vida. Trabajar con Netflix y que te vean en todo el mundo te cambia la vida, te vas a cualquier parte del mundo y te reconocen.
A ti ya te pasa…
Sí, ya me pasa…
¿Y cómo lo llevas?
Bueno, lo estoy asumiendo. Depende del día, hay días que me levanto con el pie izquierdo y no es de buen gusto. También hay gente que se te acerca de unas maneras que no son las correctas. Luego también hay gente que me alegra el día, gente maravillosa a la que le gusta tu trabajo, la carrera que llevas, te siguen y es de agradecer.
De todos los temas que se tocan, ¿cuál te ha parecido más interesante?
A mí el tema del poliamor.
¿Te parece que esta serie trata los problemas de la adolescencia de una manera más real que otras?
Sin duda. No está edulcorada ni están exagerados los problemas. El que vende porros no es que esté loco, se meta coca y va por ahí haciendo el loco con 15 años, no, es que vende porros y todos o mucha gente con 15 años lo ha hecho. Creo que lo trata de una manera humana y real.
¿Cómo te llegó la posibilidad de formar parte de Élite?
Me llegó la propuesta para hacerlo. Me lo pensé un poco porque yo venía de La casa de papel, estaba pasando todo esto de Netflix y estaba en una etapa de acondicionamiento vital. Pero al decirme que estaba Jaime Lorente y María Pedraza me apunté de cabeza, claro no iba a ir diciendo que estaba cansado de La casa de papel y hay ahí dos compañeros míos (bromea).
¿El papel que te propusieron era el de Christian?
Sí.
¿Habrías preferido pertenecer a la élite?
No, la verdad es que no. Me gustaba mucho Christian por lo alocado y diferente que es. Es un tío muy carismático. Como actor me ayuda mucho a cambiar de registro, a pasar de personajes sencillos, bonachones y tan suyos, a algo tan echado para adelante, tan excéntrico… Mola, es un regalo.
¿Qué pensaste cuando supiste la relación sentimental tan especial en la que te ibas a ver envuelto?
La primera vez que llevé a los ensayos, ellos ya llevaban tres semanas o así y me sentí un verdadero extraterrestre. Llegué nuevo y ya estaban todas las parejas y todo hecho. Fue ver un poco dónde me colocaba. Pero eso me ayudó también para el personaje (los otros dos comentan que le estaban esperando porque sabían que tenía que llegar un “Christian” y ya tenían ganas de conocerlo).
Lo tuyo ha ido muy hacia arriba, rápido y sin imaginarlo…
Sí, desde que me cogió Dani Guzmán inesperadamente, todo ha ido muy rápido pero es cierto que entre la primera película y hasta que empecé a estudiar la carrera de Teatro, pasó un año y ahí empecé a tenerlo claro que quería hacer esto y que me gustaba. Me puse a estudiar y aquí estoy.
¿Sientes que has cambiado mucho?
Ha cambiado todo pero yo creo que para bien, tanto relaciones personales como familiares como la manera de ver la vida, los estudios.
Pero sigues con los pies en el suelo…
Pues es que hablar uno mismo de eso es muy complicado. Nunca sabes hasta qué punto se te está yendo o no. Considero que no soy una persona excéntrica ni autoritaria en el sentido de creerme algo más que los demás o pretender que me traten como un dios. Soy normal, soy una parte del equipo y en un rodaje está todo el mundo por igual, soy igual de importante que el cámara sin el que mi trabajo no vale, sin un micrófono que coja el sonido mi trabajo no vale para nada, etc. Mi trabajo vale lo mismo que el de mis compañeros.
Lo difícil es mantenerse ¿no?
Sí, pero creo que eso pasa en todas las profesiones. Hay que saber lo que te gusta e ir a por ello. A mí me ha costado mucho, yo no soñaba de pequeño con ser actor, soñaba con ser mecánico. Es un gran cambio. Pero he acabado amando mi profesión y a día de hoy no me imagino sin ella.
