El único que no estará en casa para Reyes es Luis Zahera. El gallego confiesa que probablemente le invadirá la morriña: “Normalmente paso ese día con mis siete sobrinos, pero en esta ocasión no podrá ser. Tendré que quedarme en Madrid”. Dejando muy claro que no hay que confundir realidad con ficción y que se han portado muy bien durante los últimos doce meses, aseguran que hace tiempo que escribieron su carta. Caro ha pedido “salud para mí y los que me rodean y un piso en Madrid con terracita para tomar el sol”. Zahera, “que se acabe pronto la crisis”. Y para Garcí a: “Lo que me regalen será bienvenido. Sólo pido salud y que no falte trabajo”. Y es que el madrileño prefiere dejar lo material a criterio de Sus Majestades: “Todavía recuerdo aquella videoconsola que pedí y nunca me trajeron”. El Pertur ha pasado por lo mismo. En su caso, se olvidaron de dejarle junto a la ventana “un arco con su estuche de flechas”. “Yo deseaba con todas mis fuerzas una batería. Como nunca llegó, tuve que comprármela por mi cuenta hace unos años”, concluye El Gitano.
Este último no olvida el año que le trajeron su primera bicicleta: “Me llevé un gran disgusto porque no la quería. Además, había pedido un muñeco y no sabía montar. Eso sí, cuando aprendí, me di cuenta de que había sido el mejor regalo de mi vida”. ¿Y el roscón? Los tres coinciden: prefieren el clásico y detestan los rellenos de crema, nata o trufa. Luis va más allá: “Tampoco me gustan los polvorones ni el mazapán. Los prohibiría”.