Soñaba con cambiar de género pero nunca se veía suficientemente preparada para el séptimo arte, hasta que le llegó esta oportunidad y no se lo pensó dos veces. Aquella chiquilla de telenovelas como María Emilia, querida ha quedado atrás y se ha convertido en una atractiva mujer que ahora vemos en las pantallas convertida en Verónica, una cantante estafadora que anima las veladas en un crucero.
¿Cómo llegaste a Yucatán?
Con mucho trabajo y suerte. Me contactaron mientras grababa Club de cuervos, en México, y vine a España para la audición. La química que tuve con el director Daniel Monzón fue impresionante. Sentí desde el primer momento que ese personaje era para mí.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Me moría de miedo y no podía dormir las noches anteriores a la grabación de tanta ilusión que tenía. Quería estar a la altura de mis compañeros y aprender mucho. Al final fue mejor de lo que esperaba: Daniel nos hizo sentir muy cómodos, yo pude soltarme y me divertí mucho.
¿Qué te ha gustado de Verónica?
Todo. Me encanta su elegancia y sutileza, lo femenina que es y el carácter tan fuerte que tiene. Además, canta las mismas canciones que yo, los boleros, que son mis favoritas y las de mi padre. Creo que le he puesto mucha profundidad e historia y un mensaje de fondo.
¿Has aprovechado para visitar España durante el rodaje?
Ya había estado varias veces de vacaciones y adoro este país, sobre todo la gente. Entre ensayos y rodaje han sido tres meses, así que he podido conocer mucho Madrid y también otros lugares, como Tudela, Tenerife…
¿Habías tenido propuestas para participar en una película antes?
Sí, pero nunca me sentía lista o no me gustaba el guion. Este género siempre ha sido mi amor y lo más difícil, por eso quería debutar con algo especial.
¿Seguirás en ese camino?
He esperado mucho este momento y ojalá pueda continuar explorando con distintos personajes. Sueño con trabajar al lado de Almodóvar o Woody Allen.
¿Dónde quedan las telenovelas?
Forman parte de mis inicios de niña y las dejé hace tiempo. Eran historias infantiles, pero me ayudaron a cantar y bailar y me enseñaron este oficio.
¿Cómo ha cambiado esa niña?
Soy la misma, que ama este arte y no se imagina haciendo otra cosa. He crecido actuando.
Te formaste en Estados Unidos, ¿te interesa el cine de allí?
Sí, he hecho una película en inglés, que se estrena este año, Bad Impulse. Y sigo haciendo cursos.
¿Te gusta combinar la música con la actuación, como en Yucatán?
Cuando va todo junto, me fascina. Disfruto mucho, por ejemplo, con musicales como el de Chicago, en el que estuve. Pero también las practico por separado: tengo un disco y he hecho mucho drama.
Dejaste Perú hace años, ¿dónde te ves viviendo?
Soy un poco nómada y me gusta cambiar. Además de casa en mi país, tengo otras en Colombia y Estados Unidos, pero voy adonde me lleva la vida y el trabajo.
¿Qué proyectos tienes?
No tengo nada cerrado aún, estoy a la espera. Ojalá venga algo maravilloso y divertido, y si fuera en España estaría encantada.
