Casada con el abogado Schoenwald desde marzo de 2017 y con una hija de 15 años de una relación anterior, Bárbara de Regil puede presumir de tener una vida personal plena. La fortuna también le sonríe en el ámbito profesional. Acaba de grabar la segunda temporada de la ficción mexicana Rosario Tijeras, de la que está confirmada la tercera, y tiene en cartel dos películas. Nunca imaginó que le iría tan bien, sobre todo porque llegó a la actuación con 25 años, después de estudiar psicología y fotografía.
Llevas desde 2016 interpretando a la sicaria Rosario Tijeras. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Estoy emocionada y feliz, sé que la segunda entrega va a enganchar como la primera. El escritor Jorge Franco es increíble y ha continuado la historia poniendo a la protagonista al límite.
Y le ha buscado nuevo amor.
Sí, el colombiano Sebastián Martínez, que participó en la telenovela original, que es de su país. Nuestra historia representa un amor apasionado y rudo. Interpreta al Ángel, un piloto muy misterioso. Nos enamoramos a golpes (risas).
¿Qué representa esta producción en tu carrera?
Diría que es mi escalón de oro porque me ha dado la oportunidad de aprender y crecer como actriz, además de conocer mejor la profesión.
¿Te pareces a tu personaje?
Las dos tenemos carácter y somos sinceras, pero yo no soy violenta y mucho menos asesina.
Hay muchas escenas de acción. ¿Te ha costado grabarlas?
Son fuertes y salvajes, terminamos con moratones de golpearnos y arrastrarnos por el suelo. A veces, el director interrumpía la grabación porque creía que nos habíamos lastimado.
¿No utilizabais doble?
Solo en las escenas de saltos, el resto quisimos hacerlas nosotros. Nos enseñaron a manejar armas y pelear, y nos mostraron técnicas militares para que todo pareciera real. Creo ue en esto también mejoramos respecto a la primera temporada.
¡Menos mal que tienes buena forma física! ¿Cómo lo consigues?
Soy muy disciplinada. Hago ejercicio de madrugada, a las cuatro y media de la mañana, porque se empieza a grabar muy pronto, sobre todo, si tocan escenas fuera del plató. Rosario es una mujer luchadora y esa fortaleza tenía que verse en su cuerpo.
¿Te altera tanta actividad?
¡Qué va! No me estresa nada ni me complico la vida. No me pongo nerviosa cuando llego tarde a una cita, por ejemplo. Aunque reconozco que interpretar a Rosario, que sufre tanto, ha ido muy intenso. He tenido desarreglos hormonales.
Además de hacer ejercicio, ¿te cuidas siguiendo una dieta especial?
Sí, procuro llevar una alimentación equilibrada donde haya pescado y brócoli.
¿Qué balance haces de tu carrera, que empezaste en 2011?
Llegué un poco tarde, porque ya tengo 31 años, pero soy muy afortunada porque entré con el pie derecho. Esa es otra de las razones por las que creo que debo dar lo máximo de mí.
¿Te has planteado bajar el listón por motivos de salud?
He descansado cuando lo he necesitado. En Rosario… paramos entre temporadas, así puedo estar con mi hija adolescente, a quien debo atender.
¿Qué dice ella de la novela?
No la ve, pero sabe que se la dedico. Alexa es la que me mantiene con los pies en la tierra. ¡Es una gran niña!
No has hecho ninguna obra de teatro. ¿Se te resiste?
De momento no me interesa hacer todos los días la misma historia y mucho menos estar metida en el mismo lugar.
