Empezó su carrera en la década de los ochenta y son muchas las telenovelas, obras de teatro y películas donde ha trabajado hasta ahora. Aun así, asegura que le queda mucho por aprender. Su primera oportunidad le llegó con un papel en En el centro del laberinto, que le abrió las puertas del cine, y ha obtenido dos premios Ariel con Cilantro y perejil y Jirón de niebla. También ha probado suerte en el mundo de las telenovelas. Juan Osorio le dio su primer personaje en Mi segunda madre. Ya suma quince producciones, la última, Hijas de la luna, que en estos momentos graba en México. A sus 50 años, Arcelia es un referente de su generación.

Preséntanos a Margarita, tu personaje en Hijas de la luna.

Doy vida a la madre de una de las protagonistas, Juana Bárbara. La novela trata un tema delicado como es la violencia de género. Su hija sufre maltrato, pero ella no lo había apreciado. Cuando lo descubre, asume su responsabilidad familiar e intenta reparar el daño sufrido.

¿Se trata de un melodrama?

Yo creo que sí. Su hija es muy valiente, además de boxeadora, y al final sabe cómo enfrentarse a lo que le sucede. La historia empieza fuerte, pero, poco a poco, va adquiriendo un tono de comedia. Va dirigida a un público juvenil, es divertida y trata de lo que hacen cuatro chicas para crear su propia familia.

¿Cómo te sientes en la novela?

Estoy contenta de trabajar al lado de grandes actrices como Cynthia Klitbo. Es muy disciplinada y una gran estrella. Ella solita llena toda la pantalla.

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¿Te llevas bien con el elenco?

Trato de establecer buenas relaciones con todos. Creo que hemos formado un gran equipo. El proyecto es muy bonito y el casting que se ha hecho, tanto de los adultos como de los niños, es realmente bueno. Sinceramente, estoy muy feliz de formar parte de este reparto.

¿Cuál es tu secreto para estar tantos años en activo y triunfando?

Me considero una privilegiada desde el principio de mi carrera. Nada más terminar mi formación actoral empecé a trabajar en el cine, el teatro y la televisión. He podido compaginar los tres medios. Y, sobre todo, he tenido la fortuna de poder pisar muchos y diversos escenarios.

Eres una gran dama de la escena.

Creo que el teatro es donde se forma un actor, y a mí me ha dado casi toda la solidez que pueda tener. Esta es una carrera de resistencia que no se forja con un solo trabajo, sino con constancia y aprendizaje.

¿Estás participando ahora en alguna obra de teatro?

Estoy interpretando El ogrito, junto a Alejandro Cava y que dirige Enrique Singer. Representé este montaje hace quince años y me ha encantado retomarlo. Tiene un texto profundo y complejo sobre la libertad que estoy disfrutando mucho.

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¿Qué más te falta por aprender en tu profesión?

Espero que todavía mucho. Cuando llega a mis manos un nuevo proyecto, siempre siento que no sé lo suficiente de este oficio. Lo más emocionante para mí es que con cada personaje creas un universo distinto.

¿Sientes que les debes algo a los papeles que has representado?

Un montón de cosas. Yo creo que los personajes buscan a los actores. Cada uno de ellos se convierte en nuestro maestro y acaba marcando las líneas del camino a seguir.

¿Cuál te ha dejado más huella?

Quizá el de Camelia, la Texana. Carlos Bolado me propuso interpretar a una narcotraficante de los años sesenta, llamada la Nacha. Era un personaje cruel y sin escrúpulos, pero formaba parte de una banda muy simpática. El contraste del papel fue muy fuerte para mí.