Miembro de una renombrada familia artística, Odiseo Bichir (Cuando me enamoro) está feliz en España grabando Fugitiva. Nos recibe frente al Museo del Prado con su incombustible sonrisa y, sin dejar de bromear, nos habla de esta producción, de su carrera y de su matrimonio con Yolanda Ventura
(En nombre del amor).
¿Cómo llegaste a esta serie?
Estaba en la obra Café de chinos con mi hermano Bruno cuando me enteré de que buscaban mexicanos para trabajar con Paz Vega y presenté mi prueba. Fue un casting muy reñido, por eso me siento dichoso de que me hayan permitido estar ahí.
¿Qué les convenció de ti?
Nunca sabemos por qué nos eligen. Es una lotería y lo único que depende de nosotros es la experiencia y hacer una buena prueba. Nos dan razones cuando nos rechazan: eres alto, bajo, joven, mayor…pero no al revés.
¿Sentiste que el papel era tuyo?
No especulo sobre el futuro: es un sufrimiento infernal. He desarrollado una coraza y trato de no hacer caso a las voces que se pelean dentro de la cabeza, a favor y en contra. No me hice ilusiones hasta que tuve el billete.
¿Vicente está basado en el típico empresario mexicano?
Sí. Es como algunos conocidos miembros de nuestra sociedad, muy ambiciosos, que triunfan con imperios familiares y conquistan territorios. Suelen tener privilegios políticos y solo quieren poder.
¿Va a portarse muy mal?
Todos tenemos algo de villanos, pero en este caso él no se ve así. Es casi un cruzado que se apoya en sus creencias religiosas y sus raíces y adora a su familia. Pero siempre hay un halo de misterio a su alrededor.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con actores españoles?
Brutal. No los conocía personalmente pero sabía de ellos y ha sido un sueño hecho realidad. Paz Vega es una dama, a Charo López me la como a besos y Roberto Álamo es un Dios.
¿Con qué te quedas?
La forma de trabajo es admirable y quiero compartirlo en mi país, donde hay un cierto desencanto. En España todos trabajan como una orquesta y juntos resuelven obstáculos. Si tuviéramos un poco de esos ingredientes, sería más enriquecedor.
Vienes de una importante familia de actores y directores.
Sí, y me siento muy agradecido por ello. Trabajo en teatro con mis hermanos, Bruno y Demián. Nuestros padres, Maricruz Nájera y Alejandro Bichir,
se desarrollaron de jóvenes como actores, directores y maestros y fueron mis primeros formadores. Sigo aprendiendo de ellos, y al mismo tiempo nos
tratamos como amigos. En mi familia nos reímos mucho.
¿Qué proyectos tienes ahora?
He hecho muchas pruebas, pero aún no tengo noticias. Me encantaría que Fugitiva me abriese nuevas puertas en España. De momento, seguiré con el teatro junto a mis hermanos.
¿Está Yolanda contigo?
Al principio no pudo viajar porque estaba con la obra Bajo terapia y la serie Rosario Tijeras. La eché mucho de menos, pero finalmente ha venido para visitar a su familia: se vuelve loca cuando pasa tiempo sin verlos.
Vuestro romance es idílico…
Me encanta hablar de esto. Nos conocimos hace años trabajando y al final el destino nos volvió a unir. Ahora mis hijos (Rosaura y José Ángel) y el suyo (Alejandro) son mayores y podemos disfrutar como si fuéramos solteros. De pronto un día decidimos casarnos, y lo hicimos solos sin mi familia ni la suya. Fue muy hermoso.
¿Trabajaréis juntos de nuevo?
Ojalá que sí. Podríamos hacer Ginger y Fred (risas).
