Del amor al odio

Alertados por Felipe, Fernando y Cayetana acuden al hospital y los médicos les informan de que la profesora ha sufrido un aborto espontáneo.

Mondragón queda destrozado y es incapaz de mediar palabra con su mujer mientras que Sotelo-Ruz aprovecha la situación para meter cizaña.

Celia contacta con Michel, un atractivo comerciante, para que se encargue de distribuir los tintes Albora en Francia y la complicidad entre ambos no pasa inadvertida para Trini, que anima a su amiga a rehacer su vida.

Pese a la petición de Habiba de que se mantenga lejos de Pablo para no arruinar sus planes, Hidalgo se besa con él por primera vez desde que regresó de Fernando Poo.

Este hecho propicia el enfado de la africana, que roba el cheque del yacimiento de oro.

Desesperado por dar con el paradero de su hija, Arturo va al hospital y amenaza a Simón y su madre. Sin embargo, la sastra no se amedrenta y, además de seguir escondiendo a Elvira, consigue que Méndez cierre la investigación sobre su desaparición.

Finalmente, Fernando va a ver a Teresa y pese a que esta se disculpa por su comportamiento, le confiesa que nunca dejará de amar a Mauro.

Lleno de ira, regresa a casa y Cayetana lo manipula. “A partir de ahora seré inflexible con mi esposa”, promete.

De hecho, su primera decisión es llevar a Tirso a un internado.

Mientras tanto, el inspector sufre la indiferencia de los vecinos de Acacias ya que se sienten traicionados. Para colmo de males, Méndez lo suspende de sus funciones en la comisaría.

Susana escribe una carta a Leandro para informarle de que tiene un hermano.

Elvira, por su parte, consigue recuperar sus objetos personales gracias a la ayuda de Lolita y Casilda y se sorprende al ver que junto a la foto de su madre hay una de Eusebio, su supuesto asesino, con el texto “con todo mi amor”.

Los vecinos celebran con un brindis el hallazgo del primer asentamiento humano de la ciudad, que data de 500 años antes de Cristo.

Ramón pronuncia un sentido discurso en el que recuerda a todos los que dejaron huella en Acacias.

Servando también se anima a decir unas palabras y les convence de que entierren junto a la tumba de Carlota una caja con pequeños recuerdos para que en el futuro otros la hallen.