¡Bienvenidos a casa!

Fernando es incapaz de olvidar la traición de Teresa y le prohíbe salir de casa para despedirse de Tirso antes de que se marche a un colegio interno. “Me has convertido en un monstruo”, le reprocha él.

Cayetana también se muestra inflexible con la maestra y, además de drogarla, se niega a que reciba visitas por lo que Mauro se inquieta.

Animada por Simón, Elvira decide seguir investigando para aclarar lo que sucedió con su difunta madre.

Como primera pista, Gayarre contacta con Remedios, una bailaora, que podría hablarle de Eusebio.

Ajeno a esto, Valverde recrimina a Susana que acoja al que fuera su mayordomo y Víctor observa celoso como su abuela lo defiende.

Leonor pide a Habiba el dinero del yacimiento de oro por temor a Mario Melero, pero la africana no tiene intención de devolvérselo y la amenaza.

Horas después, Hidalgo la pilla a punto de huir con el cheque y se enzarzan en una pelea, hecho que no pasa inadvertido para Pablo.

Cayetana miente a Fernando sobre la cantidad de belladona que administra a Teresa y le propone que lo haga él mismo.

Pronto la droga comienza a surtir efecto y la maestra se doblega a las órdenes de su marido, además de no recordar nada de lo que sucede por las noches.

Leandro y Juliana llegan a Acacias y Susana decide que es hora de sincerarse con ellos: “Simón es mi hijo”. El matrimonio le da su aprobación y se reconcilia también con Víctor.

Más tarde, los vecinos celebran una fiesta en La Deliciosa para darles la bienvenida y la sastra sostiene una caja con fotos del mayordomo. 

Dispuesta a anunciar la relación que los une, pero en el último momento Gayarre la convence de no hacerlo.

La relación entre Celia y Michel es cada vez más estrecha y ella decide acompañarlo en su viaje a Francia.

Sin embargo, cambia de opinión al hallar una carta de Felipe en su despacho.

El inspector Méndez requiere que Fernando y Cayetana acudan a comisaría.

Mauro aprovecha su ausencia para colarse en la vivienda e intentar llevarse a su amada. No obstante, cuando está a punto de hacerlo, Mondragón abre la puerta, ya que no han podido acusarlo de ningún delito, e impide que Teresa se marche.

Para sorpresa de Leonor y Habiba, Melero se presenta de visita en su casa y exige su dinero.