Mágico. Así define Montse Alcoverro su personaje de Úrsula en Acacias 38. Un gran trabajo diario de creación actoral que no puede haber resultado mejor. Hablamos con ella en Cerdeña, donde acaba de recoger su segundo galardón como mejor actriz internacional en el Grand Prix Corallo Città di Alghero. Radiante y satisfecha, la actriz catalana dedica la estatuilla a todo el equipo de la novela, unas doscientas personas, tan entregadas e implicadas como ella.
Es el segundo en dos meses…
El primero lo recibí el 18 de mayo en Nápoles y reconozco que también fue maravilloso.
¿Cómo te sientes?
Todo el mundo ha sido encantador conmigo y me conocían mucho. Me pasa como en España, que la gente me dice que en persona soy más joven y más guapa que Úrsula.
Eso es que lo haces muy bien...
Es un personaje que me devuelve, con creces, todo lo que yo invierto en él. Es mágico y me está dando mucho.
¿Por qué crees que gusta tanto fuera de nuestro país?
Es un papel reconocible en cualquier sociedad. En Italia llega muy bien y en Rusia, de donde viene su familia, expone la represión de las mujeres en la época.
¿Tienes muchos fans en Italia?
Más de tres millones de personas siguen la serie a diario. El triple que en España. Y también funciona en Argentina y Chile. El otro día me dijo un señora por la calle que cuando iba a visitar a su hija a Australia, también la veía.
¿En quién te has inspirado?
Me fijé en el ama de llaves de la película Rebeca, en La loba, de Bette Davis, y en Bernarda Alba. Se meten las tres en una coctelera y sale Úrsula.
¿La caracterización ayuda?
El trabajo de vestuario y maquillaje es maravilloso. Llevo tres postizos, que hay que colocar a diario, ¡y más de ochenta horquillas en el pelo! Quiero aprovechar para dedicar el premio a todos los departamentos de la novela.
¿Resurgirá Úrsula de sus cenizas tras su paso por el manicomio?
No puedo adelantar nada. Solo diré que la próxima etapa será muy interesante, además de un gran reto para mí como actriz.
