Pelayo, el conquistador

Mientras que Alonso asegura haber defendido con uñas y dientes a Marta para la presidenta de Haussman Iberia ante los holandeses, algunos en la familia Novoa no le creen. Sospechan que el marqués está jugando sucio.

Por su parte, Ana María hace todo lo posible porque su nuera se aleje del puesto. Primero habla con Alonso, y luego con Marta : “Si te lo ofrecen, recházalo. Una mujer no puede tener más responsabilidad que su marido”.

Más tarde, la marquesa intenta frustrar la idea de Rosalía de ponerse al frente de la fundación y consigue que la matriarca de los Novoa dude de su capacidad para el cargo. Sin embargo, Félix la apoya.

Entretanto, Fuen se las ingenia para que su sobrina y Maroto se vean: “Debes agradecerle su defensa”. Henar accede a ver al capataz, pero le deja claro que seguirá con Jaime.

También Nuria aclara a Martín Pallarés su situación sentimental: “Amo a otra persona”. Luego queda con Marta para comentar asuntos de la empresa y no se ponen de acuerdo.

Benito descubre con sorpresa que ha ganado un concurso de talla al que no se ha presentado. “¿Fuiste tú?”, pregunta a Bruno. Agradecido, opta por donar el premio a la parroquia y comprar un regalo a su joven amigo.

Tras las exigencias de Alonso para que lo apoye en la causa juancarlista, y más ahora que va a tener descendencia, Quintero se reúne con Rafael en el King’s para que haga de correo con las divisas que hay que introducir en España de manera ilegal.

Días después, Alonso recibe el dinero con el que apoyarán a don Juan Carlos en su llegada al trono. De momento, todo en secreto.

En su despacho, Félix recibe a Holstein, pues ha adelantado su visita a Madrid: “He venido solo a tramitar unos documentos. Todavía no hemos tomado la decisión de quién presidirá la empresa”.

Ante los evidentes nervios de su abuelo, María se da cuenta de que siente algo por Fuen y lo anima a tener un acercamiento:  “¿Por qué no? Es una mujer encantadora y llena de vitalidad”. Marce, su hijo, no lo ve tan claro.

Entre tanto, Rosalía decide dar clases de inglés en la parroquia y allí se encuentra con Esteban, el médico amigo de Argimiro que estaba en  Vietnam con quien mantuvo correspondencia hace meses. Desde el primer instante, sienten una gran conexión.

Después de una conversación con Henar sobre su tía, Pelayo se convence de que han llevado unas vidas demasiado diferentes como para forzar un acercamiento. María se resiste a que así sea, pero será la propia Fuen quien le demuestre que tienen muchos más puntos en común de lo que parece.

Al menos Pelayo descubre que comparte con Fuen la afición por los temas de misterio. Entonces, Pelayo la invita a una obra de suspense, protagonizada por Ramón Ortiz. Como las entradas están agotadas, pide ayuda a Marcelino.

Aunque es pronto para declararse, Pelayo se muestra muy cariñoso y cercano con Fuen. Algo sorprendida pero ilusionada, la mujer se deja querer.

Tras quedar con su hermano y su padre, Marta se acerca a ver a Quintero para pedirle un favor: “Hay algo raro en el nombramiento de Alonso. Quiero que averigües si se postuló ante Holstein para que le dieran el puesto de presidente de Haussman Iberia”.

Jaime y Henar intentan que su relación salga a flote después de muchos malentendidos. Los jóvenes se besan en el hostal.

Esa mañana, doña Ana María se levanta con una carta del banco en el buzón: su cuenta está en números rojos y debe ingresar efectivo inmediatamente.

Nuria y Rosalía siguen organizando el tema de la Fundación. Mientras, Marta se siente mareada desde hace días y sospecha que podría estar embarazada, pero prefiere no decir nada a su madre hasta confirmarlo.