Ana comienza su venganza
Una accidente laboral mató a su hermano y dejó paralítico a su novio, por lo que la joven pelirroja decide cambiar de identidad para saber qué sucedió. Antena3. Del 24 al 28 de septiembre. 16.30h
Al sufrir un infarto, Salvador se asusta y decide cambiar su estamento. “No tiene sentido que en este momento lo revises. Dedícate a cuidarte”, insiste tanto su mujer, Ascensión, como Domingo, fiel empleado de su empresa desde hace años.
Por otra parte, Benigna está acorralada y no tiene más remedio que vender el hostal. “Ha hecho un buen trato”, le asegura Carlos, el menor de los hermanos De la Vega.
El joven está muy satisfecho con el negocio que acaba de adquirir y que quiere convertir en un hotel de lujo. A pesar del cambio de rumbo, algunos antiguos empleados de la pensión, como Amelia, tratan de mantener su puesto al precio que sea.
Los años han pasado pero Quintero no ha rehecho su vida sentimental y se va a vivir con Ignacio y María. “Es un tipo stupendo. Os vais a entender muy bien”, explica Marcelino a su hija, nada convencida de la idea.
Al verse en una silla de ruedas, Manuel entra en una depresión y rompe su relación con Ana. “Ya me da todo igual. Déjame solo”, dice sin dar opción.
La joven enfermera, que culpa a Salvador del accidente de su novio, se acerca al hospital y, tras su incómoda visita, el hombre muere.
Su esposa y sus dos hijos organizan un funeral multitudinario al que acuden amigos, así como importantes
empresarios del país.
Semanas después, la venta del hostal fructifica y Benigna se convierte en millonaria, cambiando su estilo de vestir, su peinado y luciendo caras joyas.
Álvaro, el ahijado de Salvador, se pone al frente del nuevo negocio, pero no empieza con buen pie y es sustituido en poco tiempo por su primo Carlos. “Se nota que no tienes estudios de economía”, le dicen para apartarlo.
Fingiendo estar desconsolada, Ascensión se muda a casa de su hijo mayor, Gabriel, también viudo, y de su nieta Mónica. “Estamos los tres solos y qué mejor que estar juntos”, se autoconvence.
Desde que Quintero vive con ellos, María e Ignacio no tienen ni un segundo de intimidad, que necesitan más que nunca ahora que desean ampliar la familia.
Quien no puede más es Ana. A la joven le es imposible olvidar a su hermano, fallecido en el mismo accidente en el que se quedó paralítico Manuel, y quiere saber la verdad de los sucedido ese día.
Con ese objetivo, cambia de identidad, pasa a llamarse Natalia Medina y pide trabajo en el hotel. Su simpatía hace que no duden en contratarla y, además, desde el primer momento, Carlos se fija en ella.
Por su parte, Luisita es cada vez más indispensable en el King’s y María delega en ella más responsabilidades. “¿Podrías encargarte de buscar actuaciones musicales?”, le plantea.
La muerte de Salvador ha acentuado los problemas de la familia De la Vega y Ascensión tiene que mediar entre sus hijos, enfrentados por el control de la empresa, y frenar a Domingo, que exige las acciones que el hombre le prometió de palabra.
Natalia no quiere dejar pasar ni un minuto y se adentra en el despacho de Carlos a recabar pistas sobre el accidente. Amelia la ve salir y sospecha que la recién llegada guarda más de un secreto.
Ignacio piensa que la solución para que Quintero salga es presentarle a mujeres. No obstante, la mayor preocupación del abogado es no poder tener hijos y acude al médico.
Sin esperar más, Álvaro reúne a Carolina y a Miguel y les propone montar una revista satírica: “Es mi sueño desde niño”. Cuando Carlos se entera de la idea, le dice que se deje de quimeras y se ponga a sus órdenes en el hotel.
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