El plan para desestabilizar a Elif sigue su curso y una de las presas la obliga a limpiar los baños e incluso la golpea. Poco después, el psiquiatra pide reunirse con ella y la convence e que comience a medicarse: “Confía en mí, solo quiero ayudarte. No olvides que seré yo el encargado de hablar de tu comportamiento durante el juicio”.

Nilüfer, al fin, toma una decisión sobre su matrimonio y se desahoga con Asli: “No puedo estar casada con un hombre que ha hecho sufrir tanto a mi hermana”. Nedret no tarda en enterarse de la noticia y, feliz, acude a casa de Tayar para entregarle los papeles del divorcio. Además, aprovecha la ocasión para reprocharle de nuevo no haber ayudado a Elif. “Merece un castigo. Podrías haber mantenido a tu sobrina alejada de nosotros, pero no lo hiciste”, manifiesta el pérfido empresario.

En comisaría, Ömer, Arda y Pelin trabajan sin descanso y descubren que uno de los informes fue manipulado. “Elif no fuma”, dice Demir al ver que una de las pruebas encontradas en el lugar del crimen es un mechero grabado con el nombre de su amada.

De inmediato, busca a Setin, el perito responsable de redactarlo y ante la presión, este hace una inesperada revelación: “Seguí las órdenes de Osman, mi jefe. Cuando nos estábamos yendo encontramos huellas recientes de una furgoneta, pero él las borró”.

Fatih no acepta que Nilüfer quiera divorciarse y la retiene contra su voluntad: “Tú serás mía hasta la muerte”. Por suerte, la joven logra zafarse de él con un fuerte golpe en la entrepierna.

No es el único problema para la joven ya que se debate entre seguir adelante o no con su embarazo y va a la clínica para hablar con su doctora. Asli la sigue y furiosa al enterarse de todo, la obliga a abortar: “No vas a tener un bebé de ese criminal”. La joven rompe en llanto y le suplica a su hermana que sea más empática ues pasó por lo mismo: “Necesito que me tomes de la mano y me apoyes. Mi cabeza me dice que lo haga, pero mi corazón no… Me voy a volver loca”.

Ömer se entera de que han adelantado el juicio de Elif y se afana por encontrar a Osman. Gracias a un compañero, descubre que stá escondido en otra cuidad con una identidad falsa y lo detiene. Sin tiempo que perder, Demir, Arda y Pelin lo conducen hasta los tribunales, pero justo a las puertas, un hombre vestido de policía, se abalanza sobre él y le dispara a bocajarro. Para ese entonces, Elif ya se ha declarado culpable movida por el medicamento que le está suministrando su psiquiatra.

En otra parte de la ciudad, Fatih se entera del embarazo de Nilüfer y se sincera con ella: “Elif no es una asesina. Hüseyin está vivo, pero si lo haces público seré yo quien muera”. Muy confundida, la joven se refugia en casa de Mert y decide no abortar.

Al enterarse de que se ha declarado culpable, Ömer pide ver a Elif y esta sufre una fuerte crisis. El médico que la atiende en la enfermería informa a Demir que su psiquiatra está medicándola y el policía manda hacer unos análisis. Como temía, se confirma que le están suministrando una droga que anula su voluntad y tiene efectos alucinógenos.

Por su parte, Ipek visita a Asli y le advierte que Nedret no es de fiar: “Guarda muchos secretos como, por ejemplo, que tiene una hija”. La mujer se niega a creerla, pero al recordar ciertas conversaciones empieza a dudar.

Finalmente, colocan la prótesis a Hüseyin e inicia su terapia para volver a caminar con un único propósito: matar a Tayar. Ajeno a esto, el empresario se somete a una nueva operación de riñón.