En comisaría, Hüseyin, Arda y Pelin presionan a Asli con las evidencias de que se ausentó en la fiesta de cumpleaños y sí tuvo un enfrentamiento con Ahmet en su despacho. “No voy a hablar porque yo no maté a nadie”, asegura la mujer. Debido a su actitud desafiante, deciden que permanezca detenida.

Cerca de allí, Ömer toma declaración a Taner para averiguar nuevos datos de esa noche y este se ve obligado a admitir que estuvo con Pinar y, por tanto, tienen un idilio. “Por favor, Asli no puede enterarse de esto. No quiero que sufra más”, pide él.

Al anochecer, se reúne con su amante y le advierte que tenga cuidado con Tayar: “Si se llega a enterar debes huir. Yo estoy buscando los diamantes y no renunciaré a nuestro sueño. Una vez que los tenga, me iré contigo”.

Desesperada al saber que no cuentan con el dinero suficiente para la operación de su padre, Hatice toma una importante decisión. “Llévame con quienes mi hermana trabajaba. Quizás ellos puedan darme un empleo”, suplica a Fatma. Metin se muestra desconfiado, pero termina aceptando que entre en la banda. “Mis hombres te darán una maleta y solo hay una regla: si la abres mueres. Irás a Roma”, le indica como primera misión. Además, la recuerda que si la atrapa la policía debe defenderse sola y no puede nombrarlos.

Convencido de la inocencia de Asli, Ömer mantiene abierta la investigación y descubre que la noche que mataron a Ahmet, la mujer estuvo en el hospital. “Prefiero quedarme detenida a que se enteren y me lo quiten. Estoy embarazada. Tuve un sangrado y si sigo tomando los medicamentos para mi enfermedad, mi bebé no va a crecer como debe. No voy a permitirlo. Por favor, no se lo cuentes a nadie”, confiesa ante la presión. De igual manera, recuerda que el disparo que la criada escuchó fue porque intentó suicidarse y su padre se lo impidió.

La policía tiene nuevos datos sobre Sibel En casa de los Denizer, Zerrin celebra la vuelta de Asli, pero se extraña cuando esta se niega a contarle cómo consiguió que la dejaran en libertad. Será Tayar quien lo haga. “Está embarazada”, afirma. La señora no da crédito y desesperada busca la ayuda del médico: “No quiero perder a mi hija ni que ese bebé nazca enfermo. Tenemos la obligación de evitarlo, ¿es posible que aborte sin que nadie se entere?”.

Arda y Pelin, por su parte, cuentan los nuevos avances a Ömer: Sibel no era tan inocente como parecía ya que conocía a Ahmet y tenía una identidad falsa. También, le muestran unas imágenes donde se la ve tratando de vender unos diamantes. Lleno de rabia y decepción, el policía comienza a romper todo lo que encuentra a su paso y se dirige a la tumba de su exprometida. “Cómo pudiste hacerme esto. A partir de hoy ya no existes para mí”, jura con lágrimas en los ojos.

Muy preocupada, Elif lo sigue y trata de consolarlo. Justo cuando Taner encuentra uno de los diamantes y hace planes con Pinar, Asli le confiesa que está embarazada. Ömer ahoga sus penas en el alcohol y Elif lo lleva a un hotel para que descanse.

A la mañana siguiente, regresa a casa y se desahoga con su madre: “Sibel me engañó, no era la mujer perfecta que creía. Viajó varias veces a Roma y si se subió a ese coche con Ahmet fue para recibir dinero”.

Zerrin ingresa en el hospital a Asli con la excusa de tratar su enfermedad y Taner desconfía de ella. Para colmo de males, la policía descubre que tiene un diamante falso que intenta vender en el mercado y lo interroga.

Ajenos a esto, Ömer y Elif disfrutan de una jornada en un parque y la complicidad entre ellos se estrecha. “Me siento muy feliz cuando la veo y no puedo dejar de pensar en ella. ¿Será amor?”, confiesa horas después a Arda en comisaría. Desconoce que ella lo escucha detrás de la puerta.