A cambio de la libertad de Elif, Serat exige a Ömer que le entregue a Ipek y a su hijo, pero él se niega. “No voy a poneros en peligro”, promete a su compañera. Sin embargo, le hace creer al delincuente que así será y organiza un operativo.

Esa misma noche, se encuentran en un desguace y Elif aprovecha un descuido de uno de los secuestradores para escapar. Angustiada, la diseñadora corre sin rumbo hasta que tropieza con Hüseyin. En un primer momento este se propone acabar con ella, pero empieza a invadirle la culpabilidad al recordar todas sus muertes y termina bajando el arma y llevándola a casa. Mientras, Ömer tiene un forcejeo con Serat y logra detenerlo.

Nilüfer se cuela en el despacho de Tayar en busca de pruebas que lo incriminen y está a punto de ser descubierta cuando este entra para hablar por teléfono. “Te exijo que me traigas a Pinar. Voy a matarla con mis propias manos”, dice. Una vez que ha pasado el peligro, la joven sale, pero se le cae una pulsera y el pérfido empresario comienza a desconfiar. “Quiero saberlo todo de ella. Hay que intervenir su teléfono”, ordena a sus secuaces.

No es su única preocupación ya que descubre que Hüseyin no ha cumplido sus órdenes: “¡Eres un idiota! Otra vez te dejaste llevar por el corazón. La muerte de Elif era nuestra salvación”.

De regreso a casa, Hüseyin paga su frustración con Melike. “No e engañes. ¡Dame lo que me pertenece!”, grita a su esposa. Luego, trata de asfixiarla, la golpea y ella, obligada por las circunstancias, le entrega el pendrive. Mientras que él sale y lo destruye, la mujer se desahoga con Elvan: “Ha ido matándome poco a poco. Desde hace años se niega a tocarme”.

Ajeno a esto, Ömer planea con Arda tender una trampa a su hermano para a atrapar a Tayar. Nilüfer sigue tratando sin éxito de abrir la caja fuerte de Tayar por lo que pide ayuda a Mert: “Necesito una grabación para que lo detengan. Por eso me casé con Fatih”. No obstante, él sigue muy dolido y le da la espalda.

Como parte de su plan, Nedret y Hüseyin hacen todo lo posible para que Ipek esté ocupada con el trabajo y Ömer deba cuidar de su hijo. “No entiendo por qué pasa tanto tiempo con él. Quizás él es el padre y no Serat”, malmete la anciana a Elif.

Llega el día del cumpleaños de Asli y lo celebra con una gran fiesta en la mansión familiar. Cuando se dispone a soplar las velas, Hasan la empuja y la mujer cae al suelo con la tarta y se mancha toda la cara. Los invitados comienzan a hacer fotos y ella se pone furiosa. Entre ellos, está Mert que coincide con Demet.

El joven, que parece que ya ha olvidado a Nilüfer, está cada vez más ilusionado con ella y le pide que tengan una nueva cita. Pero todavía hay otra sorpresa desagradable en el festejo. Ömer acude con el hijo de Ipek ya que ella no tiene con quien dejarlo y Elif se desconcierta. En un momento dado, la diseñadora baila muy abrazada con Levent y despierta los celos del policía.

Por casualidad, Melike ve entre la ropa de Hüseyin una factura del alquiler de una casa y va hasta allí para saber qué oculta. De esta manera, descubre que su marido tiene otra mujer y ambas se enzarzan en una fuerte discusión que termina en la comisaría. “ Si no abandonas a esa mujer voy a desenmascararte”, avisa Melike a su marido. También Svetlana le asegura que volverá a Rusia si no se decanta por ella.