En busca de cualquier dato que pueda servirles de ayuda para detener a Metin, Arda y Palin se presentan en casa de Nilüfer para interrogarla. “Fueron días muy difíciles y no creo que pueda acordarme de todo”, se excusa ella. Y prosigue: “Me encerraron en una habitación con comida y bebida. Cada vez que mandaba un vídeo a mi hermana me compraban sushi como premio”.

Sin embargo, cuando llega el turno de la descripción física, da una totalmente diferente. Lejos de allí, Tayar se reúne con el propio Dündar y lo amenaza con vengarse de sus familiares por haber dejado escapar a la joven. Además, planean la forma de culpar a Elif por lavado de dinero: “Necesitamos que siga estando en nuestras manos”.

Ömer y sus hombres siguen con la investigación y gracias a las cámaras de vigilancia logran la matrícula de la furgoneta que usó la banda para el secuestro. De igual manera descubren que la declaración de los vecinos de Sibel no encaja: “Dijeron que no abandonaron la casa, pero se ve a uno de ellos saltando un muro”.

Elif se encuentra a la fuerza con Metin y este la amenaza con acusarla de fraude si no les entrega el dinero que le pidieron. Más tarde, telefonea a Nilüfer para que vaya a un apartamento al anochecer. Nada más verse, los jóvenes se funden en un apasionado beso y terminan haciendo el amor. “Sin ti ni puedo vivir. Recuerda que a mi lado jamás te pasará nada”, declara él.

De nuevo, Asli sufre una crisis y Zerrin, con la ayuda de Taner, llama a un psiquiatra para que la trate en casa. “Nadie puede saber lo que sucede”, acuerdan. Elif Gems atraviesa graves problemas económicos Desde que Elif se le declaró, Ömer se muestra distante y ella toma una drástica decisión: “Creo que no nos hacemos bien así que no vuelvas a buscarme. Mi familia me necesita, nuestra empresa se va a la quiebra”. Durante la primera junta de Elif Gems, acuerdan despedir a un tercio de los empleados y trasladarse a un edificio más pequeño.

Por si no tuviera suficiente, el policía descubre que Sibel pudo estar involucrada en la venta ilegal de diamantes y lavado de dinero. Hundido, cuestiona a Fatma, pero esta guarda silencio.

Tayar, por su parte, va al hospital que dirige y supervisa la llegada de los órganos ilegales que trasplanta a sus pacientes a cambio de una generosa suma de dinero. “Vienen de niños de Medio Oriente. Sus familias murieron en la guerra”, comenta a Metin.

En comisaría, Asli pasa a estar bajo sospecha tras averiguar que mintió en su declaración obre lo sucedido la noche en que su padre urió. Para colmo, Arda y Pelin descubren que tiene antecedentes: golpeó a un periodista y permaneció bajo custodia una semana por la denuncia de una profesora de su hijo a quien arrastró por el pasillo de la escuela.

Ömer no duda en poner al tanto a Elif y ella le pide que no actúen hasta que su hermana se trate de sus problemas psiquiátricos. Sin embargo, cuando Arda y Pelin hallan una nueva prueba que involucra a Asli en la muerte de Ahmet, llegan a su casa para llevarla a comisaría a declarar. “Primero intentas echarme de la empresa y ahora me denuncias. “¡Voy a matarte!”, grita fuera de sí la mayor de las Denizer a su hermana mediana. Metin sigue con su plan de seducir a Nilüfer y le envía globos mensajes románticos.